sábado, 25 de diciembre de 2010

+Frío y real+

De repente me siento en un límite extraño, me siento en el borde donde si doy un paso más allá es probable que caiga al abismo y pierda de vista todo lo que me rodea a los pocos segundos de estar cayendo hasta tocar el fondo. Abajo bien al fondo percibo las piedras, percibo el agua que se llevaría mi cuerpo, la corriente que corre rápidamente hacia las cataratas. Cierro los ojos, me imagino desprendiéndome por un momento de esta vida, está finalmente en mi manos, nadie podría evitar que diese ese primer paso y de repente me hallara con ansias de volar, con ansias locas de dejar esta vida y comenzar de nuevo, pero bien es claro que es bastante evidente que no sé con exactitud si haya vida después de la vida y que sea un intento fallido.
Finalmente abro con tenacidad mis ojos nuevamente, me hallo en el mismo lugar, pero temo caer así que tomo un poco de distancia, me mareo y me repongo. Respiro el aire y me digo a mi misma con ánimo de felicitarme algo así como "tranquila, aún no es el momento, tienes mucho para hacer..." sonrío con gratitud y me voy caminando hacia la carretera dejando en el camino las piedritas que fui botando para no perderme así como en aquél cuento infantil que muchas veces me leyeron y que tanto me gustaba, sólo que esta vez no era un bosque y tampoco habían casas de dulce o de chocolate con una bruja en el interior y tampoco estaba acompañada por ningún hermano porque no lo tengo.
Hace frío, se congela casi que la sangre, se pone densa y tiemblo como una pequeña niña, como si hubiese caído dentro de un poso gigante con aguas heladas que me pullan la piel. Me subo al auto, enciendo un cigarro y en la emisora suena aquella cancioncilla que desde hace días tengo revoloteando en la cabeza. Prendo la calefacción y antes de arrancar pongo un poco de café en la tapa de un termo que bebo rápidamente para calentar mi cuerpo. Qué días tan fríos los que han estado invadiendo últimamente, qué noches frías y endemoniadas, la neblina, las nubes, las ventanas sudorosas y el rocío más pronunciado que nunca. Cómo se siente vivir por estas épocas de "regocijo" y de "perdón"...
Por los últimos días me siento en el ordenador, me siento a mirar la pantalla sin mucho que decir, sin mucho que hacer, es cierto que una que otra noche tengo algo de inspiración momentánea y me dedico a componer frases para sacarme cada una de aquellas cosas que muchas veces callo, pero después de terminar vuelvo a lo mismo; insomnio, noches de pensamientos varios, cobijas para ahuyentar un poco el frío que carcome cualquier cosa que se halla a su alrededor y por supuesto una bebida y unos cuantos cigarros para amenizar el ambiente. La música por estos días es lo único que calienta el alma.
Más y más frío, más noches familiares que ridiculizan a cualquier individuo que se halla presenta, excusas para reunir lo que nunca permanece junto, así es todos los años, entonces sienten que se aman y que jamás nada los separará pero en realidad es bastante obvio que en un par de semanas no se logrará lo que en el resto del año no se ha logrado por ocupaciones varias que mantiene la cabeza de todos en otros mundos. Es ridículo imaginar que son sinceras tales reuniones por más que todos lleguen con sonrisas varias sin aceptar que muchas veces encuentran las excusas perfectas para no asistir a tales reuniones que a mi parecer, son simplemente patéticas pero a las cuales asisto porque mis padres me imploran que lo haga. ¡Vaya hipocresía!
Voy y vengo, a veces con satisfacción de haber complacido a mis padres y muchas otras veces con desgano, con un sentimiento de haber perdido mi tiempo y haber gastado sonrisas fingidas y palabras que me resultan en vano. Aquellos halagos que siempre van en el lugar y el momento adecuado, pero me resulta divertido saber con exactitud qué comentario va en qué lugar. Mientras halagan en el fondo de sus almas "sinceras" y "regocijadas" están haciéndose a sí mismos comentarios absolutamente contrarios a lo que dicen sus palabras falsas. En realidad es gracioso, al menos para mi que estoy envenenada porque sé muy bien como funciona, pero bueno, es una vez al año. ¿Qué más da?
Me resultan fatales las vacaciones, si bien es cierto, amo dormir hasta tarde, pero por estas épocas llega la melancolía, es cuando yo, personalmente, me doy cuenta de cómo he cambiado y de cuánto he cambiado. Hace unos años añoraba la navidad, esperar hasta las 12:00am para poder abrir los regalos y obtener las muñecas que quería, o qué sé yo, lo que sea que me fuesen a regalar, ahora añoro con ansias absurdas que se acabe la noche para poder arroparme, estar en mi cama y decir con satisfacción lo bueno que se siente definitivamente estar en la intimidad y poder hablar con su mente sin voces al rededor que estén alterando los pensamientos, aunque es claro que no es del todo bueno pensar en momentos de melancolía porque de repente se va yendo la mano y se pierde el control de ciertas cosas dolorosas que muchas veces uno ausculta y saca de nuevo a relucir con los pensamientos "navideños." Escudriñar en el pasado muchas veces es más nocivo que la misma acción que causó ciertas emociones en el pasado.
Entonces pasan las horas y con ellas se va toda posibilidad de sueño, con ellas llega el insomnio, la mente rebelde que no deja de producir cosas y más cosas, llega el "¿y ahora qué hago?" y muchas preguntas más poco relevantes que en momentos de inactividad resultan fastidiosas. No sé si soy un ser absolutamente agotador en cuanto a lo que se me ocurre todo el tiempo, pues mi mente jamás está del todo en blanco por más que exista una presencia-ausencia bastante marcada, pues inclusive cuando estoy en blanco no es del todo blanco porque siempre llega algo a mancharle y se vuelve gris.
Bueno, pero ya está es suficiente por ahora, es suficiente de mi, al menos desde la postura en la que estoy hablando. Quise hacer una breve reseña de lo que se pasa por mi cabeza en estas épocas navideñas que muchos disfrutan pero que para mi resultan lo más ridículo e hipócrita posible. Comencemos entonces...
Suena la música, suenan las letras de canciones que por estos días le andan gritando al oído la verdad, es cierto que un cambio repentino bien marcado ha sido la causa de muchas de sus actitudes. Es difícil llegar a una conclusión del por qué de tantas razones, le es difícil saber con exactitud cuál de todas las razones que tiene en sus manos es el motivo principal del cambio, puesto que aunque sea bastante evidente se pregunta exactamente dónde quedaron pegadas todas esas palabras que antes flotaban en el aire y le hacían sentir de tal manera que muchas veces olvidad incluso quien era.
Es claro que no es tan intenso como la primera vez, que la prevención inconsciente se ve marcada en sus acciones. Tiene miles de señales que le indican exactamente lo que no debe hacer, pero de cierta manera no le gustan las reglas, le gusta irse contra la corriente y estrellarse con el suelo bien duro para aprender de cada caída, cree que la salida más fácil no siempre es la adecuada pero no sabe en qué punto parar. Muchas veces se ciega, muchas veces sabe que no está haciendo las cosas en pro suyo pero es una persona bastante terca; sabe que esto le puede perjudicar, que probablemente no sea el camino adecuado y quiere gritar, quiere muchas veces salir corriendo como un niño con miedo, esconderse entre los campos de trigo y jamás ser encontrada, pero es claro que no es la salida, así que prefiere degustar el amargo sabor de la desidia y de la frustración que le produce escuchar siempre lo mismo pero no poder obtener lo que desea, por lo que ha luchado hasta donde ha podido.
Es bastante soñadora, es una persona llena de sueños, de metas por cumplir pero que muchas veces se siente terriblemente frustrada y le gustaría saber exactamente para dónde va con todo eso, se pregunta muchas veces si será capaz de llegar al punto a donde desea llegar. Muchas veces se admira a sí misma y muchas otras veces se castiga a sí misma con pensamientos autodestructivos. Pero bueno, qué más da decir quién es ella, qué más da pensar si ella soy yo o si es un ser ajeno a mi. ¿Quién es? Ella muy bien lo sabe y si usted tiene algo de idea acá no sólo se está hablando de una persona, son dos, son ella y ella, ella y lo que no le pertenece y por lo que lucha.
Hay noches donde se acuesta motivada con ganas de seguir adelante con eso por lo que ha luchado últimamente, pero muchas veces después de eso al ver como todo se tambalea no se siente segura de si quiere seguir envalentonándose y mirando a su alrededor a ver cuales son las demás opciones porque no las hay. Tiene dos caminos, dejar de luchar e irse bien lejos de su objetivo, o simplemente ir al ritmo de cada decisión que ella tome puesto que en este momento el control no es del todo suyo.
¿Qué hacer? Es difícil confundir indecisión con falta de carácter, a veces es molesto para ella verse reflejada en personas débiles, pero lo que le causa curiosidad es como ella hace para ayudarles a levantarse más no poderse levantar a sí misma aplicando lo que ella ha venido diciendo. Es ridículo, patético, siempre dejando todo para más adelante cuando tomar una decisión no es tan difícil. Esa maña de querer ir siempre más allá, hasta donde lleve la corriente, esa costumbre de no parar en el momento adecuado sino hasta que se ha tocado fondo... esa es ella.
¿Y cómo saber cuándo parar? ¿Cómo saber cuándo dejar de extrañar? Bueno, no sé, es difícil responderle algo así a una persona terca que siempre tiene una respuesta efímera para todo.
En fin es hora de ir a evitar...
Felices fiestas para todos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

+Sumas y restas paradógicas+

A veces me queda grande, no es que se me facilite mucho destacar ciertos pensamientos, ciertas emociones, esas que se sienten pero que no tienen algún tipo de explicación. Es curioso como funciona la mente, es curioso como se siente el alma de vacía muchas veces, como se intercambian palabras por un poco de consuelo, algún tipo de apoyo que finalmente es un simple consuelo para diluir la realidad en fragmentos de hipocresía, de libres pedazos mundanos de nada que se quiebran con la fragilidad.
Es fácil sentarse a ver pasar el mundo, a ver como todo se aleja y uno simplemente deja ir cada sensación con desazón pero con un sabor único de tristeza por no poderse arrancar ese increíble sentimiento de decepción, de impotencia, ese maldito sentimiento que empieza a comerse como el moho el alma de a pedazos.
Infinidades de palabras, varios estados, varias facetas, entre esas el engaño, el adiós, el bienvenido seas, la caja de Pandora, el caos, la insatisfacibilidad, el desdén pero el horizonte borroso que se pinta a simple vista. Ese horizonte que no se sabe exactamente a donde es que ha de llevarle a cada uno, pero que se pinta. Para muchos el comienzo de todo, para otros el final o la simple estabilidad; hay a quienes les tiene sin cuidado.
Aquél que se acongoja así mismo con sus propias palabras no es más que un triste obligado a sonreír en pleno juzgado para su muerte. No es más que el bufón de la gente, aquél que está allí con una sonrisa en la cara, con una energía que tal parece real y quien al llegar a su destino y al retirar el maquillaje tan sólo puede percibir una mirada triste, una mirada vacía, sínica y desinhibida. Con la cara pisoteada, lleno de cansancio sólo opta por irse a dormir, a descansar a dejar que su mente se libere de la realidad que le pisotea cada parte de su cuerpo; sólo desea soñar.
Llega el atardecer, el amanecer, la noche, finalmente da igual. Quien se flagela por sus propias acciones está finalmente sentado casi que rompiendo cada letra que se atraviesa por su cabeza. Lleno de rabia se mira al espejo, le golpea hasta que lo rompe y sus manos comienzan a sangrar, pero ya el dolor físico no le aflige, ese siempre termina por curarse, la sangre derramada no será jamás igual que las lágrimas que lloró su alma en instantes de desesperación, el dolor físico es simplemente una excusa para liberar la tensión interior que es aquella que le aflige, aquella que hace que se acongoje en su propia compasión.
Entendimiento, flagelación por aquél odio interno que le produce la impotencia de no poder alcanzar lo que desea por el simple hecho de no sentirse capaz de alcanzarlo, el sinsabor que le deja una lucha casi mortal, una batalla sin sentido que le ha dejado la mitad de su ejercito muerta y la otra mitad malherida al borde de la muerte.
Interrogantes, sólo interrogantes en sus ojos, en su mirada, en su cuestionamiento interior, sólo se ve pintado en la cara de cada débil a quien un día le hizo daño. Sólo puede comparar su desdicha con la fascinación que le perturba pero que le proporciona el sufrimiento ajeno. Quizás sea por eso que paga ahora con su propia podredumbre interior; probablemente por eso fue que decidió una vez más mirar con su mirada narcisista al espejo y encontrarse con una cara demacrada llena de infinitas arrugas carcomiendole el rostro. La podredumbre de su alma finalmente se manifestó en su calvicie, en el odio que se tiene a sí mismo por verse de tal manera. Su extremista manera de contemplar la vida, su fascinación por el odio, por la deslealtad y por la soledad que ahora le carcome le agobia, le agobia la existencia, pero ya es demasiado tarde, los años han decidido cobrarle cada hora de existencia con desidia y con rencor, el mismo que sintió con el pasar del tiempo.
Simplicidad, un sueño efímero convertido en hipocresía, ensueños marcados en las hojas secas, la misma fragilidad con la que se rompe a medida que se da un paso sobre ellas, la misma fragilidad con la que el hielo se rompe al posar un pie y dar un paso en falso para caer en el agua helada que roba cada indicio de pureza cuando se cae entre las aguas negras.
Fatalismo, incredulidad, ridículo pero perpetuo en algunos casos, engaños. Tantas adivinanzas en juegos de preguntas que frustran, que arrastran, que simplemente abandonan y dejan a la deriva. ¡No más! No es bienvenida tal sensación de desigualdad cuando bien se sabe que la igualdad es lo mismo que nada, que se camufla en la desconfianza, en la indecisión de aquellos que bien clara tienen la respuesta pero que no son capaces de afrontar las consecuencias de ella. Adivine usted quién, adivine usted por qué. Es imposible recordar las marcas, las etiquetas que se nos lanzan encima para aprisionarnos mientras nosotros sumidos por el temor actuamos por defecto. Es imposible cuestionarlos a ellos si no son capaces de hablar con la verdad. Son frívolos, desean cada pieza que pueden obtener de los demás. Son tan frívolos como irreales, como ridículos, como creados por la imaginación propia de aquellos dementes sin control. Aquellos estrafalarios seres sumamente detestables con los cuales todos habremos chocado un par de veces cruzando la calle.

lunes, 13 de diciembre de 2010

+Sí...+

Espacios recónditos, imágenes soñadas, deleites varios y un par de sabores. La esencia bien marcada y los ensueños bien perdidos, suspiros varios alojados en la inmensidad, ya no sé a donde botarlos.
Tanta discreción, algo de fascinación. Es ilógico como irreal, es tan ilógico como tratar de encontrarle sentido a cada suspiro que sale de mi boca; tan ilógico como tratar de contar cada pestaña de mis ojos y separarlas por tamaño...

martes, 7 de diciembre de 2010

+Esta, nuestra historia (comienzo)+

Ella es mi música, es mi arte, es el papel donde deseo escribir cada una de las notas musicales que invento cantándole suavemente al viento para que lleve cada una de las palabras que poso sobre los acordes que me inspira a sus oídos.
Quiero cantarle canciones, contarle cuentos donde ella sea la protagonista pero no lo sepa. Quiero regalarle un mundo que empiezo a crear sólo para ella. Quiero que me regale un poco de su sonrisa para dibujarla y recordar que esta hace parte de la mía cada vez que me levanto y miro por la ventana buscándola entre las nubes, entre el firmamento, entre el rocío de la mañana.
Busco escuchar su voz en las canciones que me ha regalado, busco encontrarla entre mis palabras, las que últimamente he venido regalándole sin medida. La busco entre mis manos, entre mis brazos y busco ese olor tan único de ella, busco el sabor de sus besos en el café, en mi almohada. Deseo desnudar su alma y que ella desnude la mía, que descubra cada pequeño detalle que no muchos o quizás ninguno conocen. Deseo tantas cosas pero las palabras no alcanzarían para describir todo aquello que anhelo.
Me veo al espejo, me veo buscando en mis ojos la mirada que suelo tener pero no la encuentro, ¿quién es esa persona que se refleja? Busco lágrimas en mis pestañas, pero ahora parece que mis ojos han tomado una especie de brillo, algo que desde hace algún tiempo se había extinguido del todo, algo que no lograba descifrar. ¿Será ella? ¿Será?
Vivo en un sueño constante, vivo soñándola. Sonrío tiernamente cuando miro hacia mi pared blanca y veo su huella marcada a diario, veo también la primera rosa que ha regalado en toda su vida y no puedo negar que me siento especial, que esa rosa tiene un mundo y una historia que siempre quedarán marcados en mi vida. Veo su sinceridad marcada en sus ojos, en sus pupilas que muchas veces la delatan. Siento su respiración cerca de la mía, también siento su pulso y siento ganas de quererla, de adorarla, de amarla de la manera única que podría amarle a ella, porque no tiene comparación.
Palabras van, palabras vienen, pensamientos varios de muchas clases, es simplemente incomprensible, es absurdo muchas veces pero no pienso hallarle explicación porque no la necesita, simplemente hay que sentirlo para tratar de entenderlo y esta vez me conformo con sentir, con sentirla, con sentir sus manos sobre las mías, sobre mi rostro, acariciando mi pelo mientras cierra sus ojos suavemente y se acerca a mi boca para alterar cada partícula que se halla en mí con el sabor de sus besos. ¿Por qué haría entonces de entenderlo?
Siento que cada palabra que escribo se queda corta aunque me sienta netamente inspirada por ella a escribir lo que hoy acá me hallo escribiendo. No es descriptible, es simplemente ella, es un sueño, es una historia, pero no simplemente una historia más sino una de esas pocas que de verdad dan ganas de vivir, de sentir, de escuchar, de escribir y de contar por más que sólo ella y yo seamos quienes la entendemos. Ella es mi historia, la historia que quiero escribir de aquí en adelante durante un tiempo indefinido; quiero que sea ella quien me de la innata inspiración para escribir esta historia que apenas comienza y que me está gustando tanto...

lunes, 6 de diciembre de 2010

+Memoir+

Me gusta sentarme noche a noche, con la ventana abierta viendo como se cuela el frío entre los rincones de mi habitación y como un par de canciones me ponen a recordar, me hacen transportarme a otros lugares. También me gusta sentarme, o quizás muchas veces acostarme, mirar el techo, sentir las cuerdas de la guitarra, tocarla, hacer canciones, revolverme el pelo, reírme y luego desesperarme por no lograr llegar a la nota que deseaba llegar.
Me gusta ver llover algunas veces, pero me gustan más las noches estrelladas, aunque si no tengo con quien compartirlas, son pocas la veces que me atrevo a apagar la luz para soñar sola con ellas. Pocas veces suelo posar mi mirada sobre la luna y pocas veces me he atrevido a soñarla.
Infinitamente he buscado el rocío de la mañana, pocas veces he dibujado en las ventanas al amanecer, sólo sé que me acompaña muchas veces el halo y el humo de un cigarro que se desvanece lentamente con mis pensamientos. En las cenizas se hallan memorias varias que a veces rescato pero que prefiero borrar del panorama efímero para luego volver a recordarles cuando pretendí tenerlas lejos y del todo olvidadas.
Hoy hace varios años solía ser muy diferente todo, no sé, quizás más inocencia, menos fugacidad. Eran tiempos extraños, un poco vacíos pero un poco más tranquilos que los últimos dos años. Casi no habían preocupaciones, fue en comienzo de muchas cosas y bueno, aquí me hallo hoy, sin extrañar mucho pero sí anhelando un poco de la paz que se respiraba por esos días que no fueron fantásticos pero eran más jóvenes.
Me siento de nuevo entonces desde la tarde a sonreírle al cielo, a las nubes opacadas, a prender inciensos que vayan escabulliendo en mi entorno, dentro de mi, que saquen de mi profundidad lo oculto y quede expuesto a mi realidad. Sonrío de nuevo, ya comienza a hacerse de noche, pienso en ella, pienso en su felicidad y en la mía. Me recuesto con los brazos bajo mi cabeza y pienso en ella, pienso en su sonrisa, en el sabor de su boca. En los miles de planes que tengo con ella pero de los que ella no es consciente, en las cuantas veces que mi mente me ha querido traicionar para pronunciar dos palabras que aún no considero adecuadas. Pienso en ella y me hace feliz el tan sólo elevarme con ella en mis sueños, mientras sueño despierta, mientras me envuelve la penumbra, la música, el ambiente, las ganas de quererla en mis brazos y nunca dejarla ir; las ganas de amarla tanto que no deje de sonreír.
La quiero a mi lado la quiero ya mismo conmigo. Quiero fundirme en su pelo y besarla hasta que se me haga tarde, ahogarme en sus besos, llenarme de ella, de su respiración. La quiero junto a mi en este preciso instante.

domingo, 28 de noviembre de 2010

+Tarde+

Tarde, fue muy tarde cuando se dio cuenta que me podía perder. Tarde fue el momento en el cual no se dio cuenta que me estaba alejando con sus palabras, con sus barreras, con sus actitudes, con su orgullo.
Tarde fue cuando le gritó al espejo y no le pude gritar de vuelta porque cuando yo gritaba no había nadie al otro lado que me devolviera al menos el eco de mi voz. Le dí todo y se quedó con ello, se lo llevó bien adentro y no sé donde lo dejó guardado. Tarde se dio cuenta que en algún momento daba todo por ella, que incluso abandoné muchas cosas por el simple hecho de deberme del todo a ella.
Se le hizo tarde para tratarme de decir el por qué de sus acciones, de sus palabras, de su desidia. Fue tarde para que notara que me hacía más daño del que se imaginaba con su presencia-ausencia. Fue tarde entonces cuando descubrió que no podría estar con ella el resto de mi vida.
No puedo negarme al hecho de que muchas veces sus palabras me ponen a tambalear, que muchas veces los impulsos me ganan, que muchas veces puede más el corazón que la cabeza, que lo lógico se vuelve ilógico cuando le doy espacio a mi cabeza para que piense más de la cuenta.
Me quiso dejar ir, me quiso quitar la cuerda que me ataba a ella, a su vida, me quiso dejar elevar lejos en busca de otros caminos y precisamente cuando vio que mi vuelo iba más alto de lo que se imaginaba, no supo si quería dejarme ir. Es una situación bastante extraña, algo antes jamás experimentado. Algo nuevo que muchas veces no sé cómo manejar, pues se me sale de las manos.
¿Por qué se le hizo tan tarde? ¿Por qué dejó que el tiempo se encargara de llegar hasta este punto? ¿Por qué por una sola vez en su vida no fue capaz de hablarme sin miedo si le demostré tanta claridad en este tiempo?
Pretender es engañarse a sí mismo, pretender es sólo anhelar algo que evidentemente no sucederá porque por motivos varios se convierte en algo impredecible. Es claro que sus palabras hubiesen podido hacer mucho en este momento, ahora son sólo lamentos, quizás arrepentimiento, quizás tantas cosas que no sé cómo podría llamarlas.
No es tan difícil levantar el teléfono, tampoco es muy difícil pronunciar un "te quiero" que está colgando en la punta de la lengua. ¿Por qué no hacerlo? ¿Por qué no dejar por una vez en su vida el orgullo de lado y hablar con naturalidad?
Fue muy tarde, pero aún así no hay por qué sentirlo, no hay por qué pedir perdón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

+Tres+

Yo son tres, son tres las veces que lo leo, tres veces las que trato de descifrarlo, tres las veces que me hallo atónita.
Debo aceptar que me carcomen las ganas y el deseo, las preguntas, pero no sé si sea adecuado. No sé si sea mío o de alguien más, no sé nada.
No quiero parecer convencida de algo que es irreal, pero tampoco quiero dejarme de convencer un poco. Es una montaña rusa, es algo patético lo que siento. No sé...

jueves, 25 de noviembre de 2010

+¿La historia de quién?+

(Nota: Este escrito no me pertenece sólo a mí. Este escrito fue construido e iniciado junto a una preciada amiga quien quiso soñar esta noche junto conmigo y junto con mis palabras. Gracias Juli.)

Tengo miedo de que te ilusiones y me quieras cambiar sin pensar que al final tal vez duela si te vas; si te alejas y me dejas sola. Quizás encuentres otro amor y se vaya tu pasión y mi dolor será mas grande. Tengo miedo del día, de la noche que de tu lado me separa, de los minutos que nos apartan y de las milésimas de segundo que diferencian nuestros pensamientos. Tengo miedo de tu mirada, de perderme... de perderte, de perdernos...
Tengo miedo de dejar atrás mi presente y que se convierta en pasado. Tengo miedo de dejarte volar libre pretendiendo que eres mía y que ya no te pueda alcanzar cuando tomes vuelo. Eres un sueño, eres tanto y a la vez nada, estás tan lejos pero tan cerca a la vez que temo hacerte daño, herirte sin medida o que por el contrario, seas tú quien un día me abandone y no quiera estar a mi lado.
¿Si te quiero? ¿Si te pienso? preguntas sin respuestas, o con respuestas efímeras, cada sentimiento esta adentro, tan inexpresable como inexplicable, hacerte daño es lo único que no puedo, porque si estas dentro mío será tu dolor, mi dolor.
Temo que he jurado darte algo que no puedo darte, desde el mismo instante en que lo juré, tengo que aceptarlo, me envolví, nos envolvimos. Entonces me pregunto, ¿debería dejarte ir? Este maldito egoísmo no me deja, no quiere dejarte ir, pero sé que hubo millones de promesas que hice, que probablemente no podré cumplir. Te ofrecí un mundo de ilusiones, te ofrecí parte de mi mundo y una parte de algo que no conocía. ¿Qué si te digo que te amo? ¿Qué si te digo que aunque te amo no puedo estar contigo? Te envolví en mis sueños, casi que los soñaste conmigo... Te metiste tanto en mí, que ahora no se si pueda dejarte ir, no por mí, sino porque siento que cada vez te apoderas más de mi mundo, de mi día a día, eres incomparable y mis sentimientos impredecibles, tanto como el futuro, tanto como mi presente junto a ti. Quisiera volar pero jamas soltar tu mano.
Te volviste parte de mi vida, tan así que cambié parte de lo que era tan sólo por hacerte feliz. Te guardé en mi alma, te grabé en mi corazón, no puedo negar que eres más que un sueño, que tus palabras y que tus historias ahora son parte de lo que algún día soñé. Eres lo que siempre anhelé, lo que siempre soñé y por más que quisiese darte las alas para dejarte volar libre, me rehuso a pensar que estas mejor sin mí, que ya no nos necesitemos, que es necesario volar por rumbos diferentes donde ni el aire pueda volver a unirnos, me rehuso a dejarte ir quizás por un recuerdo o tal vez por un anhelo, me rehuso a sentir perderte, pero en realidad, ¿ya te perdí? Perdimos el rumbo, el camino se nos deshizo mientras caminábamos en él, ya no hay escrituras no hay anhelos.
No es una decisión fácil de tomar, pero sé que ya no te sientes igual, sé que con el tiempo se te han ido las ganas de luchar por mí, aunque en mí siga firme ese sentimiento de luchar hasta el final, pero creo que este es el final. Jamás esperé que llegara, jamás pensé que esto tendría que acabarse y sé que ya no eres del todo feliz, que tus ilusiones y tus sonrisas se deben a alguien más.
Nada es para siempre, y aunque quise que tu y yo lo fuéramos, el destino, el tiempo, o tal vez nosotras mismas decidimos que para siempre no fuese suficiente para vivir un sueño que tarde o temprano iba a acabar, del cual nos íbamos a despertar.
La noche no es eterna; ni el tiempo pasa en vela. Si en verdad eres de alguien más, jamás olvides que primero viví yo por ti. Tendré que decirte adiós, mujer, tendré que soñarte, tendré que amarte de lejos. No te preocupes por mí, yo estaré bien o al menos eso intentaré, pero eso sí te digo, jamás habrá alguien como tú, jamás besaré a alguien de la manera en la que te besé a ti y tampoco tocaré tu piel en piel ajena. No te buscaré en nadie porque sé que no te encontraré, pero si te amaré, siempre sin medida. Tu me enseñaste a amar.

domingo, 21 de noviembre de 2010

+Malditos domingos+

¿Por qué tanta sal? ¿Por qué tanto dedos metiéndose en la llaga? No necesito instantes ni palabras, no necesito agua porque no tengo sed. No necesito sutilidad ni nada parecido, mucho menos una mano que me ayude a levantarme porque no he caído del todo al piso. No más.
Me cansé de tantas preguntas, me cansé de tantos interrogativos, me cansé, simplemente me cansé de pretender sin obtener, me cansé de divulgar, de confiar, de tirarle corriente a ciertas cosas que han dejado de importarme. ¿Acaso me iba a quedar ahí toda la vida? Llegué a pensarlo, es cierto, pero en realidad fue más sutil de lo que me imaginé. Ya todo tiene un poco más de forma, todo parece tener algo de sentido.
Dejé de disfrutar los minutos, se volvían tortuosos, incluso denigrantes. ¿Por qué tanta basura? Tanta presión me sofocó, me desenfrenó y desató caudales sin rumbo fijo que se llevaban todo aquello que tenían a su paso. Terminó por ahogar todo aquello que respiraba, todo aquello que tenía vida y se convirtió en un panorama desastroso, algo bastante frío y carente de vida.
Me cansé de los muchos, me cansé de lo pronunciable pero poco aplicable, me aburrí de los sarcasmos y de las tantas maneras que me inventé para sonreír cuando me estaba desarmando por dentro. Me cansé de acercarme a aquellos que de cierta manera necesitaban un poco de la luz que yo poseía, porque de cierta manera muchos me quitaron toda la que tenía y me dejaron en la penumbra. Simplemente me cansé de tanto por tan poco o quizás por nada.
Estoy al borde del escape, al borde de mandar todo al carajo y darme un respiro, de simplemente volar un rato lejos de acá sin que nada me pese sobre la espalda, sin que nada me rasgue la piel ni abra las heridas que tanto me arden. ¿Por qué no encontrar la excusa perfecta? ¿Por qué todo se queda tan sólo en planes? No quiero más cargas, no quiero pensar tanto, no quiero...
Buscar entre las ramas una idea, una maldita idea lógica y coherente sería fabuloso, sería algo no tan descabellado, pero ¿cómo empezar? ¿Desde dónde empezar? La diferencia se marca, es claro y para eso no hay que esforzarse, es simplemente necesario ser quien se ha sido siempre sin sonrisas falsas, sin tanta habladuría, a veces se convierte en un vicio eso de querer hacerse pasar por "fuerte" cuando uno bien sabe que la coraza de piedra nunca ha estado ahí.
(...)
Uno, dos, tres, "mira hacia adentro y relájate." ¡Ja! patético, qué tan fácil es decirlo. Tanto aire me oxigena para llenarme incluso de más rabia. Malditos sean los domingos, maldito sea el sentimiento de impotencia. Tantas canciones, tantas letras que se acomodan, tanta inspiración y no saber por donde comenzar, no saber qué más decir porque a veces puede que sobren las palabras, pero no quiero saber si sobran o no, porque esta vez no pienso callarme, no pienso ahogarme en letras ni en palabras, tampoco pienso llorar sobre canciones, esta vez no.
Busco un camino entre rocas, entre las piedras que dejé a medida que iba buscando un camino. No pretendo un retroceso, no necesito volver al pasado, es ridículo pensar en eso, jamás volvería a mi pasado, jamás olvidaría lo que he aprendido porque aunque me joda, aunque me sepa a lo que sea que me sabe, debo aceptarlo, no quiero ser lo que fui ayer, no quiero nada pero anhelo todo.
Había días de días, habían noches hermosas, hubo alguna vez algún tipo de magia que depronto no existió más, depronto no quiso existir más y se desvaneció. Pensé millones de veces en mis carencias, en las carencias de todos aquellos que me rodeaban, no eran muy diferentes a lo que se acostumbra. A veces detesto ser tan existencial, a veces me gustaría dejar de imaginar, de pensar, a veces me gustaría arrancarme los dedos para no tener que regurgitar las palabras que me intoxican. A veces quisiera sellar mi boca para evitar que mis palabras hablasen por sí solas y que gritasen tantas incoherencias que de fondo traen algo que pocos logran entender a la hora de articular cada letra.
¿Qué hay de trasfondo? ¿Qué hay más allá de un simple grito inaudible? Hay más, hay muchísimo más, no es sólo bazofia. No es sólo cuestión de hablar sin sentido alguno, realmente es un hecho detestable. ¿Por qué a veces no puedo quedarme callada y tragarme lo que siento? ¿Por qué esa maldita maña de ir diciendo cuanto se me atraviesa por la mente? Malditos impulsos...
Adiós, adiós, maldito domingo, vete lejos de mi.

sábado, 20 de noviembre de 2010

+Instrumentos+

Dame un nombre, dame un letra, un número, una hora, una canción un recuerdo, una palabra. ¿Quién eres? ¿Qué somos? Creo que no importa, carece de sentido. Tu aquí, yo allá, y cuando vengo tu te vas, y cuando estoy tu ya te has ido, de repente estamos jugando a las escondidas, a lo ridículo y a lo simple.
Una fotografía, un recuerdo sencillo, una canción, un corrientazo que me atraviesa. Comienza la cuenta, ya va por cuatro y no quiero terminar. Contando qué sé yo, quizás frialdad, contando los momentos tristes, lo efímero. Un sentimiento de extrañeza, de felicidad con nostalgia, con algo de rencor, con un poco de arrepentimiento, en realidad no podría darle un nombre a ese meollo de sentimientos que se atraviesan por mi pecho al ver las gotas caer, al ver las nubes posarse encima del tejado. Veo llover, veo la tarde gris que tiene de todo menos un sol radiante, no veo rayos de luz sino de penumbra; no veo un par de ojos, es como si todo se hubiese extinguido, como si mis esfuerzos varios por recobrar algo se hubiesen perdido en medio del miedo a la soledad que tanto me gusta.
Horas enteras, momentos medianos, un par de palabras reconfortantes, otras cuantas que me aterrizan y que me ponen de pie sobre el asfalto una vez más, sobre ese asfalto manchado de inocencia que marca muchos momentos efímeros, que me retornan a lo real e irreal.
Parezco una cascada de palabras que comienza a desbordarse de repente sin más, sin importar las consecuencias que tenga pronunciar cada palabra, sin importar cuantas veces tenga que caer y volverme a levantar. Parece ridículo, parece que no aprendiese, pero sólo yo sé a qué quiero llegar. Soy yo quien ha decidido que la vulnerabilidad es lo que de cierta manera gusta pero también espanta y asusta. Sentirse frágil ante una mirada llena de interrogantes, de preguntas no pronunciadas no es algo que en realidad me asuste, me asusta quizás la consecuencia que esto tenga sobre mi y aún así no cojo escarmiento, aunque en realidad no aspiro cogerlo, no aspiro cohibirme aunque sé que muchas veces debería y es ahí cuando vuelve a mi ese maldito interrogante, los malditos extremos que no debo cruzar pero de los que no puedo escapar. En realidad no sé cuando parar, quizás ese sea mi más grave error.
Busco excusas para tocar lo intocable y huyo probablemente de lo que es más palpable, ¿qué Ser humano coherente haría algo así? Probablemente no soy del todo coherente, pero a veces prefiero evitar un poco de coherencia y más bien cambiarlo por indiferencia y algo de locura. ¿Para qué habría que seguir un esquema? Yo puedo vivir sin esquemas, o al menos salirme un poco de "lo que ya está escrito" porque en realidad no considero que algo esté escrito del todo. Lo he dicho mil veces; aunque fuimos nosotros quienes creamos el tiempo, no somos dueños de él, y este nos manipula a su antojo con sus manecillas, con su ir y venir, porque aunque todos los días marque las mismas horas y sea un ciclo constante, siempre marcará un momento diferente. Maldito tic-tac, malditos miedos, malditas patrañas. ¡Maldita sea!
Supongo entender, pero prefiero no hacerlo, prefiero engañarme muchas veces, vendarme los ojos y evitar ver para no sentir, termina haciéndome más daño que la simple vista previa de lo que resulta poco eludible. Tantos puntos, tantas comas, un par de pausas, respirar hondo, empezar de nuevo, se me corre la voz, se me pone temblorosa. Me tiemblan la manos, me tiemblan los pies, las mejillas se contraen. No de nuevo, por favor esta vez no, pero sé que en el momento en el que cierre los ojos caeré rendida ante mi fragilidad, caerá una lágrima, por eso no los cierro y respiro suavemente evitándolo hasta donde me es posible, pero no tengo a quien engañar, es evidente, es ridículo y depronto deja de importarme si salen o no, si caigo enfurecida por mi falta de carácter, me deja de importar si alguien se acercará a mi a preguntarme cómo me estoy sintiendo porque en realidad sólo esperaría que mi llanto me hiciera invisible... de nuevo empiezo a contar.
Se me queman las mejillas con la sal de mis lágrimas. Empieza a herirme la erosión que causa cada lágrima, es como si labrara un maldito camino por donde las otras lágrimas deben también caer, pero en realidad a veces salen tan amontonadas que optan por quedarse enredadas en mis pestañas nublando mi vista, nublado las ansias de salir corriendo y gritarle en la cara lo que pienso, lo que siento.
Es ficticio tanto como real, es inevitable, no sería yo si no fuese así, no sería mi identidad, entonces huyo, huyo de ese lugar como si fuera el detonante, pero bien sé que el detonante está adentro, que la chispa se la da algo externo que siempre termina por hacer explotar todo eso que se consume y que se hace una bola de un yo no sé qué. Siempre termina en lagrimitas tontas que después de un tiempo he de limpiar y han de caer sobre el mismo asfalto que nombré anteriormente y se ve manchada la inocencia una vez más.
De cara contra el asfalto una vez más, de cara contra la inocencia y con las manos atadas atrás en mi espalda evitando que la caída sea menos dolorosa. Simplemente un impacto ya bien conocido, que por cierto, en estos últimos días empieza a convertirse en algo normal pero a lo cual no me acostumbro todavía, en realidad no quiero acostumbrarme a eso, sería más patético aún.
Ya está, ya estuvo, este maldito insomnio me carcome la cabeza, me mantiene despierta horas extra. Me mantiene mirando al techo en busca de ventanas de escape pero en realidad me queda difícil treparme allí para no pensar más en lo que simplemente no debería estar pensando...
¡Qué inocente! ¡Qué estúpida!

jueves, 18 de noviembre de 2010

+Atención a todos mis seguidores y lectores (leer por favor)+

La moneda siempre tiene dos caras pero no sería justo compararme con una moneda, sería ridículo. El valor a mi no me lo da la sociedad ni la economía, mi valor lo sé yo, mi valor es el que he venido construyendo desde que nací hasta el día de hoy.
Queridos lectores, lectoras, seguidores y seguidoras, los seres humanos tenemos muchas caras y eso no es malo, eso no es para nada malo mientras no afecte a los que nos rodean, por eso el día de hoy, me gustaría compartir con ustedes mi nuevo blog. Eso no quiere decir que no vaya a seguir escribiendo acá. Como es de costumbre, seguiré escribiendo en Auscultando Nimiedades lo que he venido escribiendo constantemente y al mismo ritmo, pero he decidido dividir en dos mis pensamientos. Innata Realidad es un blog que creé al mismo tiempo que Auscultando Nimiedades (noviembre del 2007) sin embargo, sólo tenía una entrada hasta el día de hoy, donde decidí hacer una extensión y una división de pensamientos varios. Auscultando Nimiedades será de ahora en adelante donde postearé historias, algo un poco más romántico, más irreal y fantástico; algo un poco más emocional y sentimental.
Al contrario Innata realidad, ahora, será donde organizaré otro tipo de ideas de opinión personal acerca de temas varios un poco más reales, más existenciales sin olvidar el toque especial que siempre le doy a mis escritos.
Espero opiniones y a todos aquellos que han venido leyéndome desde hace algún tiempo, agradezco mucho que estén leyendo esto.
Aquí les dejo el link para que chequeen y de ahora en adelante también publicaré allí al menos un escrito mensual: http://innatarealidad.blogspot.com/
No olviden que pueden escribir lo que deseen en cada entrada. Innata Realidad es un espacio de opinión donde ustedes podrán comentar y darme su opinión del tema que se trate. Intentaré hacer de Innata Realidad algo un poco más interactivo. Gracias nuevamente a mis 22 seguidores por suscribirse a mi blog.
Un abrazo y mis mejores deseos...
http://innatarealidad.blogspot.com/

miércoles, 17 de noviembre de 2010

+Eres+

Es inevitable mirarte, sentirte cerca, ver como tus ojos arden y como los míos hablan por si solos. Es inevitable pensar en el olor de tu pelo, en la suavidad de tus manos, en el sabor dulce de tus besos.
Es inevitable imaginar, es imposible callar los millones de palabras que me susurran en la mente, es inevitable no descontrolarme cuando siento cerca tu respiración, cuando me regalas un poco de ti con tan sólo mirarme, con tan sólo posar tus manos en las mías.
¿Cómo no pensar en los millones de canciones? ¿Cómo evadir las preguntas? ¿Cómo evitar susurrarte al oído un tímido "te quiero"?
Prefiero olvidar que tendrás que partir una vez más, prefiero olvidar que existe el tiempo, me gusta olvidarme del cielo nublado que por estos días es el que nos acoge en su lecho. Prefiero mirarte muchas veces y que leas lo que pienso aunque sepa que te gusta cuando articulo cada palabra con una tranquilidad que intento controlar porque sé que por dentro se me enmarañan los sentimientos y se hace un nudo de ellos creando mariposas que desean salir volando con mi respiración entrecortada.
Olvido la lluvia, olvido el frío, olvido el olvido, me transporto, me elevo, me voy a volar lejos de aquí de tu mano y tu me miras, me aterrizas pero a la vez te elevas conmigo en la profundidad de cada verso que con musicalidad te acoge. Me inspiras, me robas el aliento. Me tomas, me...
Eres, soy, vamos, volvemos, volamos, caminamos, nos abrazamos como si fuese la última vez que nos fuéramos a ver. Buscamos excusas en el tiempo para jugarle bromas a los minutos que junto a ti son mis peores enemigos. Eres testigo de mis sueños, de lo que sé y de lo que me cuesta trabajo entender, eres un enigma, eres indescifrable. Simplemente eres tú.

domingo, 7 de noviembre de 2010

+Un sueño+

Por un momento quisiera olvidar que tu boca no me pertenece, que tus palabras no son sólo mías. Quisiera olvidar que a veces sólo eres un espejismo, quisiera olvidar que no soy yo quien te puede besar; quisiera olvidar que existen límites y barreras. Quisiera dedicarte canciones, quisiera cantartelas al oído, quisiera que me acompañaras en un paseo que jamás pudieses olvidar.
Quisiera que me tomaras de la mano, que contemplaras el cielo bajo mi concepto, que por un momento tu cielo fuese el mismo que el mío, que no existiera la distancia, que el aire te supiera igual que a mi.
Cuanto me gustaría olvidarme del tiempo, olvidarme de lo que supuestamente no debería ser, de lo que debería evitar pero no quiero... cuanto quisiera...
Quiero pero no puedo, o al menos no debo, pero ¿qué más da? ¿Qué importa? Ya está, no puedo negar lo inevitable, lo obvio, lo efímero.
No pienso evitar, no quiero evitarlo. ¿Debería parar? ¿Y qué si no quiero y tu tampoco? ¿Qué si anhelas escuchar tanto como yo decir? ¿Que pasaría si te dijera que me quiero fugar contigo sin que nadie lo sepa? ¿Qué si te digo que te quiero?

sábado, 6 de noviembre de 2010

+Límites+

Suave, suave como el viento de las mañanas, suave como la lluvia y como el rocío puro de la mañana. Las madrugadas frías, las noches efímeras, oscuras, pero más allá de eso una belleza innata que para muchos es ridícula.
Los sueños, la realidad, la imaginación y todo aquello que viaja lejos a medida que las horas pasan mientras la leña se va quemando en la chimenea llena de calor, de fuego, de naturalidad, la naturalidad de la que muchos carecen.
Varios sentimientos, varios análisis, una sinopsis clara, el frío que recorre los poros, una película real, o más bien la realidad puesta dentro de una película a la que no muchos le hallarían un sentido frágil como el que la naturalidad con la que está escrita le da. Un verso, dos versos, el presente, el futuro, el pasado, todo es existente, todo está aquí y allá, en realidad creo que nada es pasado y que el futuro no existe. El tiempo lo inventamos nosotros pero no somos dueños de él, él es dueño de nosotros, nos manipula a su antojo, nos lleva en un vaivén que pocos entienden, nos lleva y nos trae sin importar las consecuencias que traiga. ¿Y qué son los momentos? Vaya, pues no lo sé en realidad, no sé si sepa definir un momento que se aleja mucho de una vivencia pero que en realidad hace parte de ella.
Hallazgos de sombras, hallazgo de sorpresas que finalmente terminan por decepcionar o desencadenar caudales sin control, de esos que ahogan, que les sumergen en lo más profundo de sí mismos y le hacen a cada individuo cuestionarse sobre su propia existencia, sobre el sabor y el olor único de una esencia supuestamente marcada que en momentos de debilidad se ve afectada por la fragilidad.
¿Quienes somos? ¿A dónde vamos?
Complicidad y simplicidad, lo implícito y lo explicito, todo y nada, lo suficiente para que no sobre pero para que siempre falte.
¿Y ahora?

jueves, 21 de octubre de 2010

+Claro de madrugada+

Me sueño con los pies empapados en noches ajenas a mi existencia, me sueño a mi misma merodeando por parquecitos bajo noches estrelladas con una luna ausente. Me hallo buscándome, riéndome en silencio, llorando muchas veces con una sonrisa pintada en la cara. Me hallo y a la misma vez no me encuentro; probablemente he perdido todo tipo de relación con lo que era antes de la raya que delimitó mis sentimientos sonoros, mis palabras adornadas y mis silencios efímeros que alguna vez se sintieron de verdad.
Le miento a las mentiras para así hacerlas realidad, me auto-invito a paisajes desconocidos que terminan por enamorarme con suavidad. Me dejo seducir por la música que acaricia mis tímpanos, por el sonido del agua que cae últimamente muy a menudo en días lluviosos de este octubre otoñal. Esta ciudad sí que empieza a saberme diferente, empieza a tornarse misteriosa, algo bohemia, elegante; muy diferente a lo que solía ser meses atrás, donde sólo podía ver aquél romanticismo pegado en las paredes pintadas de colores llamativos que ahora se tornan tenues por la ausencia del sol que solía colarse por entre las nubes opacadas. El rojo se tornó marrón, y para ver un cielo azul a veces hay que escudriñar hasta el fondo de cada nube sin miedo de ser bajada de repente sin más.
Me he vuelto amante de relatos, de historias, me he vuelto amante de la inspiración repentina que llega a mis manos en momentos tanto deseables como indeseables. A veces me carcome, me envuelve como un hoyo negro sin final que me traga a las altas horas de la madrugada y que no me deja ser libre hasta no exprimir cada gota que se encuentra dentro de mi. Me lleva a soñar realidades, me lleva a soñar lo inalcanzable, me lleva, me trae, me acoge y luego me suelta a la deriva y aún así, no quiero dejar de soñar, de alimentar mis pensamientos que por más existenciales o positivos que resultan, me hacen sentir viva de alguna manera; me hacen sentir y con eso vasta para no querer dejar de hacerlo.
Hoy huele diferente, hoy el aire adquiere un sabor bastante diferente, un sabor suave que empieza a gustarme. Empiezo a tomar un rumbo ajeno al que estaba acostumbrada a vivir y aquí me hallo una vez más en este, mi más preciado lugar, colgando un par de palabritas que a veces me resultan indescriptibles, pues como ya he dicho antes, puede que me falte todo, excepto la inspiración, aquella que me alimenta el alma, que alimenta mis sueños y mi noción, la noción de respirar cada día sin importar cuan complejo sea, sin darme por vencida y revisar cada paso que doy para redescubrir varios conjuntos de cosas que se desvanecen muchas veces debido a un repentino ataque de amnesia momentánea causada a propósito.
(I)
Corría el agua por entre las rocas, una noche de deleites varios, unas cuantas gotas de alcohol en la boca de los muchos que la acompañaban en la mesa. Ella ausente, distante con sus pensamientos en algún lugar bien lejano a aquél donde se encontraba, la llevaron a un repentino cambio mundano; sus ojos se cerraban para soñar mientras nadie le miraba, mientras nadie notaba el escaso aporte a una de aquellas conversaciones con las que uno se encuentra súbitamente en la mayoría de lugares que se frecuentan. Se dejaba llevar por la música, por el va y ven de los minutos, por aquél tictac del reloj, por las pequeñas cosas que le dan sentido a la vida de aquellos pocos soñadores que se encuentran bien parados sobre la faz de la tierra.
Palabras iban y venían, pero su mente ausente no deseaba registrar ninguna de ellas, ella sólo deseaba soñar, vivir, aprovechar cada partícula de aire que se colaba por entre sus fosas nasales y le oxigenaban la mente. Cada una de ellas con aquél toque que sólo un tango suave le podía brindar.
Solía perderse en la distancia, en su realidad paralela, en aquella nada que para ella le resultaba todo. Para ella no existía algo más hermoso que vivir la realidad a su manera, adornarla a su antojo y sentirla como sólo ella podría entender. Nadie jamás lograría entender aquél manojo de ideas que de repente llegaban a su mente, aquellas lágrimas que muchos interpretaban por nostalgia y tristeza, pero que para ella eran la manera más sincera de conectarse con su intimidad, con sus más profundos sentimientos. Aquellos que la juzgaron probablemente lo hicieron por carencia de conocimiento, por miedo de ir más allá de los cristales que se reflejaban en sus ojos.
Inundada en pensamientos se acongojó sabiamente en sus sueños, soñaba cada minuto, se transportaba a paisajes inalcanzables que le hacían agua la boca, que le provocaban. Se internó ligeramente en un sueño musical en medio de aquella conversación frívola; le resultó más ameno volar que la palabrería de aquellos a quienes les tomaba por ridículos muchas veces, pero que finalmente eran sus amigos.
Mientras se hallaba danzando sobre praderas con ramos de rosas en las manos, una mano le tomó por el hombro y le devolvió a la realidad de donde había logrado escapar un par de minutos. Le sorprendió hallarse totalmente extraviada dentro de la conversación que estaban llevando, en realidad más que querer ver a sus amigos, se había convertido en la rutina de cada semana ir a aquél bar donde se encontraban los miércoles en la noche para hablar y supuestamente "despejarse" de las cantidades innumerables de trabajo que tenía arrumados en sus escritorios. Definitivamente cada semana le resultaba más tedioso frecuentar aquél bar, le resultaba más tedioso encontrar menos afinidad con aquellos que le habían dado la mano en momentos de desesperación absoluta. Definitivamente se sentía en deuda más no se sentía cómoda allí.
Esa mano en el hombro le incomodó, le incomodó el hecho de ser despertada, de haber sido traída de vuelta a una realidad de la que estaba tratando de escapar, pero como siempre, asintió con una sonrisa en la boca a aquello que le preguntaron, sin saber realmente a qué estaba obedeciendo. Fue tarde, le cortaron la inspiración, cosa que le molestaba bastante y optó por fingir un tremendo dolor de cabeza y unas que otras cosas que evidentemente no existían con tal de escapar de aquél lugar.
Se sintió parca al dar un paso más allá de la puerta, se sentía traicionada y a la vez traicionera. Odiaba no confiar en aquellos que eran sus amigos, pero definitivamente ella había cambiado y ellos se mantenían igual. Era claro que no todo se mantenía constantemente alineado y que a medida que surgían cambios ella trascendía con ellos.
Suspiró, se echó sobre el sofá tirando las llaves sobre una pequeña mesita que se hallaba a su lado. Tomó su cabeza con suavidad y con su extrema feminidad; lloró en silencio.
Se levantó y se preparó un trago, debía hacer un cambio que podría costarle mucho pero que era necesario. Su vida ya estaba para otras cosas y así se fundiera en la soledad, era evidente que si no se sentía a gusto con su vida, debía realizar un cambio que le enriqueciese más como persona y que le hiciese crecer. No iba más, no fue más. Optó por el silencio, por envolverse en las hojas llenas de palabras. Optó por escapar, por no sufrir, pues el apego era algo constante en ella, pero sabía que debía cambiar eso, así que decidió escribir y así refugiarse en su intimidad, en sus deseos e intentos fallidos. Se enamoró de sus letras, de sus deseos y se fundió en la pasión, en la revolución y en su inspiración que fue aquella quien le acompañó de ahí en adelante de una manera incondicional sin que le incomodase, sin que le hiciese tanto daño. Fue, es y será lo que en su esencia quede marcado para siempre. Se fue.

domingo, 10 de octubre de 2010

+2:07am+

Me despedí, logré saber decir adiós, supuestamente.
Pudo herirme, ese sentimiento logró clavarme un par de dagas en mi corazón que por los últimos días podría adornarse con inmortalidad.
Ando sumergida en la música, en lo que está y en lo que no, en mis pensamientos, en las letras, en las palabras que muchos escriben y en los sentimientos encontrados que muchas veces he logrado comparar con algunos otros soñadores que no han dejado de volar. He logrado unas cuantas cosas, eso de cierta manera satisface un poco las gotas regadas de orgullo que se me perdieron en el camino mientras me movía por las calles buscando refugios en cada esquina y que por cierto, ando recogiendo a cuentagotas.
Se pintan varios paraísos en el horizonte, sin embargo temo, temo fundirme en alguno de ellos y salir destruida, pero aquél que no arriesga un poco puede que quede más frustrado que aquél que probó otros sabores, aquél que escudriñó hasta el fondo para saber a que huele la vida, a que huele cada centímetro de esta...
El sinsabor empieza a saberme un poco, empieza a cobrar un poco de vida, la vida que había perdido. La esencia confusa que había adquirido no me supo lo suficientemente bien como para quedarme estancada en aquél estanque de aguas rancias.
Ya está, una escasa inspiración matutina y nada más. Fue.

lunes, 4 de octubre de 2010

+Estoy y ya+

Estoy cansada de la monotonía, de la simpleza y la crudeza, de la realidad y de la irrealidad. Ese toque extraño se perdió, se fue a la nada, del mismo lugar de donde salió, por cierto. Se me había olvidado lo que es ver el pasar de las horas sentada sobre la silla, viendo como el cigarrillo se va quemando lentamente y como las nubes empiezan a moverse para despejar o nublar el cielo. A veces me es difícil ver el sol, incluso en los días más soleados.
Escribo millones de palabras, escribo letras, escribo lo no escrito y también mucho de lo que ya se escribió, y me quemo lentamente, me refugio en los sueños que ahora se han convertido en una extensión de mi realidad. Ya ni en sueños me puedo desconectar. ¡Qué mierda!
Hiede, hiede a podredumbre, a sensibilidad con carencia de la misma, hiede a desolación, a un poco de decepción, a rabia, quizás a algo de envidida. Si que huele bien mal...
No soporto ya con facilidad, estoy molesta, estoy por estar, es un ciclo constante, donde ya no está la tristeza presente pero se siente una frustración indeseable. Poco efímera, quizás algo innata.
Las tantas, las varias, las pocas y las muchas me desesperan. Esas carencias me desesperan, esas descripciones no las tolero, me queman, me hieren, me hacen incluso sentir algo de odio. Me frustran, me... sí, es cierto, me duelen, punto.
A veces quisiera sumergir todo ello en una pileta llena de agua, ahogarlo sin piedad y no escuchar más las palabras que musita, no escuchar, no ver, no sentir, simplemente no estar.
Ya me satura, ya me dan ganas de desaparecer un poco y volver cuando ya todo haya pasado, cuando ya nadie me recuerde ni sepa nada de mi. Sueños, supongo, nada cercano a la realidad, o bueno, quizás muy cerca de ella. Fascinante...
Me pregunto por qué con tanta facilidad, aquello que se logra allí, es lo que yo aún no logro ni con el tiempo que ha pasado. Realmente empieza a desquiciarme esa idea, esa ridícula idea que viene desde hace algún tiempo rondando mi cabeza, que me perturba pero que he intentado ignorar mientras me río a carcajadas, ignorando que me río de mí y no de lo demás; engañando, fingiendo, pensando demás.
Supongo respirar, supongo seguir sonriendo, supongo mucho, no sé nada. No sé qué pase mañana, no sé si esté o si no, si sonría de verdad o si simplemente eche un vistazo ausente al cielo. Si me absorba una bocanada de humo, si me muera de tanto pensar, si simplemente siga aquí y logre llegar a la conclusión de muchas preguntas.
Estoy, hoy simplemente estoy.

sábado, 2 de octubre de 2010

+Claro (al fin y al cabo)+

Frío, cálido, efímero, real.
Sí, así es, un polo a tierra que no fue más que una opción ridícula. Intenté convencerme de algo netamente superficial, intenté convencerme de que eso que veía allí podría reemplazar un poco de lo otro que durante varios días me turbó.
Ya no caigo en el silencio, ahora soporto mis palabras, ahora mi mirada ya no se esconde tras unos lentes que tracé sobre mis ojos con el propósito de ocultar. Ya no me encuentro sometida, ya no me encuentro desabrigada ni desprotegida pues ya las puntas de las afiladas hojas no me marcan la piel. Ya no va ni fue más.
Me levanté de entre las sombras, me levanté y reviví, reviví con mis emociones tatuadas sobre la piel. Ya sé que muchos me han dicho que puede ser simplemente una fachada, pero esta vez ya no lo es, ya no tengo de quien ocultarme, ya no tengo por que agachar mi mirada ante los ojos de aquellos que muchas veces pudieron leer en mí frustraciones varias y un dolor sin nombre.
Se equivocó al decirme que mis ojos llevaban lágrimas de tristeza porque estas lágrimas que quizás se postraron ahí fueron de orgullo, de impotencia al ser sincera y no ser tomada en serio cuando dije que finalmente me pude levantar sin miedo y sin tapujos.
Quizás uno que otro tropiezo, es cierto, un par de veces donde me dejé llevar sin límites, tal vez una que otra noche donde sentí indecisión en vez de lágrimas. Muchas emociones encontradas, creo yo, quizás un poco de todo y a la vez un poco de nada, un recuerdo efímero que ahora me es real pero va más allá de eso. No necesito un consejo, no necesito un aventón, no necesito máscaras y vendas que me tapen los ojos. No pretendo ignorar, pero tampoco pretendo sentir demás mientras pretenden que ignore los pasos que se dan. No necesito piedad, tampoco consuelo, pues de ese ya tuve bastante y no es necesario que me lo recuerden. Y si me he vuelto fría y al parecer insensible, bueno, no es diferente a lo que se conoció hace un buen tiempo de mí, porque fui así durante mucho tiempo. Parece importarme todo un poco menos, quizás sea una fachada, quizás no lo sea, en realidad poco o nada me importa pues ya no me interesa demostrar nada que no siento. ¿Por qué habría de hacerlo?
Ya no me sorprendo con facilidad, el efecto de aquella droga parece haberse desvanecido sin más, cierta paz, cierto regocijo me devuelve un poco del aire que perdí mientras hiperventilaba. Aquello que se dañó logré ponerlo en un cajón, un cajón que no pretendo que nadie abra, un cajón donde se encuentran varias cosas que se desconocen de mi y que no pretendo sacar a la luz tan fácilmente.
La indiferencia no me quita mi nobleza, es claro, pero ya muchos se perdieron de ella, pues me cansé de buscar, de pedir sin recibir nada a cambio aparte de decepciones y traiciones. Me cansé de regalar tanto de mi cuando básicamente me convertí en la marioneta de aquellos que creían tener el poder. Ya no va más, los ciclos deben cerrarse, y esta no será la excepción, probablemente vuelva a mi vida en un par de días, años, meses, pero esta vez no seré yo quien pedirá perdón por algo que no hizo.
Me aburrí de tanta sensibilidad, de tanto melodrama, de tantas palabras, de tantos vacíos y de tantas riñas infantiles. Me cansé de ser incondicional cuando básicamente era yo quien daba todo para recibir así fuera un trozo de amistad. Creo que todo tiene un límite y el mío ya salió a flor de piel. No pienso dar más pasos en falso tan sólo por recuperar un par de años de algo que con el tiempo se fue desvaneciendo.
Ya no va más.

jueves, 23 de septiembre de 2010

+Inconcluso+

Confieso que me unté un poco de este mundo y del otro tan sólo para tocarte. Confieso que me perdí en muchas cosas que jamás pensé perderme, entre ellas tus ojos, entre ellas tus labios, tus manos y el olor de tu pelo, el sabor de tus labios.
Me enamoré de los sueños que me ofreciste, me volví débil y vulnerable, me deje llevar por tus manos, me dejé llevar por tus dedos, por lo que mis poros exhalaban al amanecer al lado de unas cuantas copas y un poco de embriaguez.
Me dejé seducir por cada trago de tu amor y por cada bocanada de humo donde la nicotina comenzó a saberme a ti.
Me supiste dulce como amargo, me envolviste y desenvolviste a tu antojo, y realmente no me molesta, jamás me molestó. Muchos me criticaron, otros cuantos me juzgaron, pero ya bien debes saber que nunca me importó lo que dijeran y pensaran desde hace varios meses.
Me unté tanto de todo esto que me terminó gustando, me gustó tanto que ahora me cuesta trabajo dejarlo, me unté tanto que ahora busco en cualquier lugar eso que sólo contigo pude encontrar.
Te vas, me voy, vuelvo y vuelves conmigo, estamos sin estar, nos amamos cada una a nuestra manera, nos vamos de nuevo, volvemos y así, no sé, no tiene nombre, no tiene explicación pero no la busco porque sólo tú y yo entendemos aquellas miradas, aquellas canciones, aquellos sueños que por accidente se encuentran en el aire y se esfuman tan efímeros como esto que aquí se halla.
Tu mirada dice mil cosas, tus palabras callan lo que tu mirada dice. Tus sueños en un horizonte lejano, mis ojos bien puestos en tus pupilas, tu olor impregnado en mi esencia, tus manos sobre las mías, mis manos sobre las tuyas.
(...)

lunes, 20 de septiembre de 2010

+Dos+

Mujer, tus palabras, tu olor me viciaron algún día, me ataron, me enamoraron. Allí estuve, aquí aún me hallo o al menos un poco de mí, entre palabras y risas, entre sueños e ilusiones.
Mujer, tus sabias palabras me levantaron e incluso crearon un poco de equilibrio en este planeta de locos que hay dentro de mi cabeza. Tus sueños fueron parte de los míos y mis anhelos se convirtieron un poco en tuyos, o más bien de ti.
Ya lo sé, ya sé que no lo pediste, no espero escuchar nada de eso de nuevo, ya bien sabes que te lo dije, que traté de hacértelo sentir con las yemas de tus propios dedos y sé que de cierta manera lo sentiste.
Sé muchas cosas que crees que ignoro, pero también desconozco muchas que creo conocer. No espero que me pidas perdón, no espero un "te amo", no espero nada, aunque a veces deseo con ansias que por un segundo estuvieras dentro de mí y sintieras así fuese un poco de lo que llegué a sentir.
Me llevaste a extremos, me llevaste a tocar un poco de algo similar a la perfección, porque ya bien sabes que no creo en ella y aunque sé que lo apreciaste, hubiese esperado que lo sintieras como yo quise que hubiese sido, pero sería ridículo tratar de encender cerillas sin una piedra al rededor.
Te amé, te quiero, te aprecio, a veces te amo, a veces te sueño. No quiero que me olvides, tampoco pretendo olvidarte, pues mi corazón te grabó bien adentro.
Serás mi amiga, no un simple recuerdo. Serás ella, serás la mujer que soñé, la mujer que amé sin reparo, serás muchas cosas, pues ya eres muchas de ellas.
Te agradezco por la complicidad, por la felicidad, por el tiempo, por las palabras y más que nada por la sinceridad. (Aunque ya bien sé que odias que lo haga)
Anhelo seas feliz, como siempre sueles serlo, anhelo tu sonrisa impregnada en tu esencia, deseo que vivas con las mismas ganas que me enseñaste; deseo que sigas anhelando y que tu esencia siga siempre tan firme como lo ha sido desde que logre aspirar el olor de esta.
Mujer, eres mucho, nunca olvides que en estos cientos de días aprendí a conocerte de pies a cabeza, aprendí a amarte a mi manera y aprendí a entender un poco de tu manera de amar. Espero nunca te vayas, enseñame un poco más de ese poco que logré probar de ti.

El cielo no se opaca si en el plasmas tus sueños, el dos nos ha perseguido y siempre será especial. Te quiero.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

+No es silencio, son mil palabras+

Silencio, "a veces vale más que mil palabras" dicen por ahí y empiezo a creer que es cierto. También dicen que "el que calla otorga", y soy testigo de que no puede ser más acertada aquella frase en aquellos momentos donde uno intenta hacerse el fuerte e intenta no decir nada que pueda estimular más los sentimientos, pero le es imposible dar una respuesta clara y verídica porque sabe que se le puede ir el mundo a los pies y se le puede pasar la vida volando en un segundo.
Hay días de días, algunos amargos, algunos soleados, llenos de risa, algunos nublados y lluviosos, aquellos días melancólicos que nadie puede describir por la ausencia de palabras tangibles. Hay días variables, donde ni el sol ni las nubes son capaces de describir los sentimientos. Hay ausencias medidas y desmedidas que simplemente causan algo de inestabilidad en un punto donde no se siente más ni menos, donde simplemente no se siente.
Resulta indescriptible la abstinencia, resulta compleja la realidad y más complejo aún afrontarla sin querer hacerlo. Hay días donde el simple peso de una actitud o una acción le puede cambiar a uno el panorama diverso, o más bien disperso que se pone ante nosotros sin motivo alguno.
Días aburridos, días extraños, días carentes y muchos otros recargados. ¿Dónde queda entonces el balance? ¿Será que en realidad si existe tal balance? ¿Y qué hay de la tranquilidad? ¿Esa quién la podría devolver si es que alguna vez alguien ha sentido que se la han quitado?
Muchos empeñados en encontrar aquél "botón" de la felicidad, y otros cuantos resignados a vivir la vida que les ha "tocado vivir" ¿y qué hay de mi? ¿Qué hay si yo no pertenezco a ninguno de los dos? Supongo que me obstina un poco el pensar que algún día habré de morir y habré de dejar todo aquello sobre el camino, y que todo por lo que luché y sufrí se quedará en sólo recuerdos hasta que muera y nadie más pueda recordarme. También supongo que todas mis vivencias y experiencias vividas quedarán escritas en libros, o quizás en las páginas de mis diarios, a lo menos en los cuadernos que deje en mi testamento si no es que muero antes de escribirlo.
Frialdad, mucha apatía, un poco de sarcasmo y algo de nicotina desenfrenan mis sentimientos, mis pensamientos. Los excesos no son buenos, pero las carencias tampoco lo son, entonces ¿cómo saber cuando se encuentra uno en el punto adecuado sin dar más ni recibir menos? A veces llega a molestar la simpleza y también la complejidad, y volvemos a los extremos.
¿Qué es bello y que no lo es? ¿Qué es perfecto y qué no lo es? Todo es tan relativo, que no existe algún esquema de perfección porque es netamente personal el concepto de cada uno de los extremos. ¿Quién podría crear un esquema que incluya a cada una de las mentes existentes en este mundo de conflictos? Por ejemplo mi concepto de perfección es reservado porque no creo en ella, mi concepto de belleza va más allá que el de muchos y la fealdad no es nada más que la carencia de esencia, pero entonces ¿qué hay de aquellos que lo ven diferente?
¿Y qué hay del amor? ¿Qué hay de los amores no correspondidos? ¿Qué hay de aquellos que entregan todo sin esperar mucho a cambio? ¿Qué hay de aquellos que aún no aprenden a valorar? ¿Por qué depender o por qué no hacerlo? ¿No que nos complementamos? ¿Y los que se conforman con nada o quizás poco?
No lo sé, no lo comprendo y tampoco lo contemplo. No quiero ser eso, pero a veces siento que me sumerjo en ello, aunque todo son dualidades, hay varias opciones y eso es lo que a veces me resulta sarcástico y me causa gracia, tanta dualidad me recuerda lo ridículo que se puede llegar a ser a veces, sin más, luego es más triste recordar que de las dos opciones que tuvo escogió la peor de ellas, sabiendo incluso que la otra sería la acertada. Me resulta...

-¿Qué hora es?
-La verdad lo he olvidado, he mirado el reloj ya dos veces en los últimos 30 segundos y no puedo recordarlo...
-¿Y por qué no miras de nuevo?
-No quiero perder más el tiempo...
-No lo pierdes, simplemente miras la hora...
-Sí, por eso...
-No lo entiendo.
-Yo tampoco, pero no intento hacerlo. Me cansé ya de intentarlo sin resultado.
-¿Y qué hay de lo demás?
-Siempre ha sido lo demás, no me pertenece, pues que simplemente se quede en "lo demás."
-¿No te aterra el hecho de estar sola?
-Confieso que sí, en algún momento llegó a afectarme más de la cuenta, ahora simplemente me da igual.
-No te creo.
-Me da lo mismo si lo crees o no, con que yo lo sepa ya me basta.
-¿Y yo?
-¿Tu qué?
-¿Qué soy para ti?
-Pregúntatelo a ti mismo, ya me cansé de dar explicaciones a cada uno.
-¿Por qué tan a la defensiva?
-Porque no tengo de otra...
-¿Por qué lo dices?
-No me he conformado, pero tampoco lucharé hasta el fin de cada cosa. Como ya he dicho, prefiero tenerlo claro yo que exponerlo para que los demás me cuestionen.
-¿Y si te sigo preguntando?
-Probablemente no encontrarás ninguna respuesta diferente a la que ya sabes.
-¿Qué ocultas tras tus ojos? ¿Por qué tanta amargura?
-Ya te dije, estoy cansada. ¿Por qué tantas preguntas?
-Quiero saber qué te pasa.
-¿Y por qué querrías saberlo si igual no importa?
-A mi sí.
-Sí, eso han dicho todos e igual se han ido...
-Pero yo no me iré...
-Sí, eso también lo he escuchado...
-Te lo juro...
-(...)
-Ya sé que no me crees, pero deberías hacer el intento.
-Ya lo intenté mucho, y me cansé. ¿Por qué te es tan difícil de entender?
-Porque parece que todo te pasa por los ojos y no causa nada.
-Eso sólo lo sé yo, no me juzgues.
-No te juzgo, pero sólo hablo por lo que veo.
-Entonces si me estás juzgando, ¿ya ves como me das la razón con cada frase o palabra que dices?
-Estás insoportable.
-Y tu estás como todos los demás...
-No se puede hablar contigo...
-¿Y quién ha dicho que quiero hablar?
-Pues lo supuse, pero ya veo que...
-Ya ves que no ¿verdad? Mira, no lo sé todo, de hecho poco se, pero no me interesa darte explicaciones de por qué me comporto así. No intentes creer que me conoces porque realmente ya no lo haces, he cambiado mucho en este tiempo, ya no soy la misma persona de antes. Recuérdame, pero no intentes comprenderme porque esa historia ya me la sé.
-¿Y ahora qué hice?
-No fuiste tú, fue el resto, también conozco ya bien esa historia.
-Me cansé.
-Yo también, te lo vengo diciendo hace horas...
-Te quedarás bien sola si sigues así.
-Pues sola siempre he estado, ya me da igual si te vas o te quedas...
-Pues a mi también.
-¿Entonces qué haces aquí?
-(...)
-Si no tienes nada más que decir puedes marcharte y si quieres desaparecer.
-Te a...
-No me amas, no sabes quien soy.
-No me juzgues.
-Vale.
-Terca.
-Bah..
-Adiós...
-Buen viaje.
-¿Qué te dice que me voy lejos?
-Te vas lejos de mi vida, mira como cambia todo. "Nunca me voy a ir" y ya te estás yendo, ya sé que no volverás, y si vuelves no serás el mismo, no más mira como me fue a mi...
-No lo entiendes...
-Tu tampoco...
-Te extrañaré.
-Sólo por un rato, después sólo seré parte de tu pasado y de tus recuerdos, y te repito, ya me da igual, aunque no sabes cómo me estoy sintiendo por dentro...
-Quisiera saberlo...
-No lo prolongues más, adiós...
-Te a...
-No lo haces.
-Tu no sa...
-Déjame, no va más, vuela feliz que yo dejé de creer en ti, en todos, dejé de amar y de besar, pero eso sí, aún anhelo, anhelo mucho. No quiero más de ti ni de ellos, ahora sólo me queda lo que soy y eso nadie me lo arrebatará con el resto.
-Despídete, abrázame...
-No, no más. Adiós...
-(...)

domingo, 12 de septiembre de 2010

+Una madrugada menos+

Podría quemar las nubes si fuera necesario en el amanecer de un domingo como este. Podría quemar los recuerdos y marcharme, pero sé que debo encontrar la fuerza necesaria para no desbaratarme en este mismo instante y no quebrarme en llanto una vez más. Podría dejar de escuchar la música porque toda me trae tragos amargos, pero no puedo dejar de vivir ni de respirar por el simple motivo de no tenerle a mi lado.
Es fácil, es sencillo de entender para muchos, una reacción patética que ni yo misma entiendo, algún balance adecuado que en este momento ya no está y que se ha vuelto inadecuado.
Tantos sueños, tantas mañanas y amaneceres que definitivamente ya no me saben igual. El sinsabor de la vida, las nubes que no dejan ver el sol,las nubes ocultan tantas mañanas soleadas que a su lado fueron simplemente hermosas.
Es todo lo que tenía por decir.

martes, 7 de septiembre de 2010

+Un sol que se esconde tras el otoño+

Temperamental, tangible o más bien poco tangible. Hay días en los que no desea nada, otros en los que simplemente desearía desaparecer. A veces sonríe sin miedo, pero ya no es tan constante y sus ojos ahora son opacos, aburridos y carentes de gracia.
Ha dejado de pensar como lo hacía antes, a veces se siente completamente derrotada y muchos días tiene anhelos de muchas cosas que a medida que va pasando el día se desvanecen al mismo ritmo que su sonrisa. De nuevo comienza a afirmar que no se conoce aún del todo, que probablemente la gran mayoría del tiempo se convenció de algo que no era realmente, o simplemente se conoció mientras se sintió diferente y de nuevo a vuelto a ser una desconocida para sí misma.
Ya no es sólo un cigarrillo, ahora se han convertido en miles. Se siente ansiosa, extraña, al parecer se siente en un cuerpo que no es el de ella y que no le pertenece, o más bien, no sabe si es que el alma ya no le pertenece a su cuerpo. Ya no le importa si las gotas de lluvia le mojan el rostro, tampoco le importa si mojan su pelo o si las lágrimas le quitan el maquillaje. Por poco le ha dejado de importar todo, se siente liviana pero no tranquila, de hecho su apariencia física no dice nada, puesto que por fuera se ve inerte pero por dentro está que estalla.
Olvidó lo que se siente aquello que sintió, olvidó lo que le hace pensar en todas esas hermosas cosas que le arrebataban el sueño y le hacían sonreír y ahora por el contrario, aún arrebatándole el sueño, le hace pasar noches en vela imaginando, meciéndose en sus pensamientos y lamentándolo por sí misma. Se siente quizás sola, impotente, siente que nadie podría entender nunca lo que pasa por su cabeza, ni el vació que le satura el corazón; sabe que nadie entendería lo que siente porque aunque se familiariza mucho con algo que prefiere no nombrar, nadie lo pudo haber sentido de la misma manera que ella lo hizo y que lo hace.
Se ve reflejada en el espejo, contempla su imagen por varios minutos sin encontrar nada, sólo un vacío en sus ojos, sólo una tristeza que se aferra con las garras a su alma. Sueña, sueña todas las noches con su imposible. Teme caer en su sueño, porque ya sabe bien lo que le depara, así que no sabe si es mejor estar despierta y consciente o dormida dentro de una realidad inconsciente que la lleva a la misma realidad que vive cuando está despierta y llena de vacíos tenues que le opacan cada canción que escucha y que relaciona.
Su excepción a cada regla, algo extraño que le ata a aquello que la hiela y que la estremece. Un sueño, y como mencionó antes, un flagelo, algo tan real que no existe, o al menos parece haber desapareció, para su gran infortunio. En sus tierras lloró sus ojos y ahora le agobia un poco el no poder palpar lo intangible, es como si se hubiese esfumado, pero sigue allí tan presente como antes, sólo que ha olvidado como se siente poderse estremecer cuando toca ese algo, ese recuerdo que se ha vuelto carente de sentido, se ha vuelto innombrable para ella.
Aquello está ya en otro lugar, tiene nuevas ilusiones, tiene varias razones para permanecer constante y ser feliz y la verdad ella le envidia puesto que le gustaría estar en esa misma posición, pero es claro que no será así, que tomará mucho tiempo aferrarse a la costumbre de acostumbrarse a la resignación, como siempre.
Ya está, ya se fue, ¿y ahora qué? Nada, no puede hacer nada pues sus ilusiones también tomaron un rumbo lejano, se perdieron en un mundo que básicamente no le pertenece más y que desafortunadamente echa de menos.
Sus palabras ya carecen de sentido, sus letras las arrojó el tiempo a la basura, pues es claro que ya nada que diga tendrá el mismo sentido que tuvo alguna vez. Es claro que la esencia de estas ya la ocupa una esencia ajena a la de ella.
Suerte por eso, suerte le desea pues la puerta ya está cerrada del todo, no se abrirá ya más, ella sólo se resigna a dejar volar libre aquello que siempre se le volaba de las manos y volvía a ella, pues ya sabe que no volverá más.
Al cielo y a los recuerdos que no puede más, no desea sentir más eso que le acongoja, cuando en el cielo finalmente se oculta aquél sol que le calentó pero que a medida que pasan los minutos se oculta tras el crepúsculo ella sólo sabe agachar la cabeza e intentar ignorar. Por ahora sólo puede degustar el sinsabor de sus días amargos, por ahora sólo le queda... ¡ah!, pero si es cierto, ya no le queda nada de eso.
Arrebata ya de una vez todas las lágrimas de sus ojos y déjala volar ya libre. Déjala ir sin más, déjala...

domingo, 5 de septiembre de 2010

+Ellas, nosotras, tú y yo+

Es una historia extraña, una historia de dos, algo que me resulta a veces indescriptible. Extraña, loca, tantos adjetivos que le describirían tan bien. Un sueño, un flagelo, un lapsus, algo tan único que me conmueve, que me atrapa, me acongoja y me lleva consigo a un viaje no planeado casi siempre.
¿Cómo empezar? ¿Cómo terminar? No lo sé, es claro que el comienzo estuvo bien marcado, y al parecer el final también, pero realmente va más allá, más allá de una simple historia que contar; va más allá de una experiencia de vida, más allá de algo que palpé casi con mis dedos, así que empezaré.
Su voz era tenue, era sensible, suave, colmada de pasiones, tenía los instrumentos necesarios en sus manos para dibujar lineas perfectas, y eso fue lo que hizo, eso fue lo que motivó a que ella se perdiera en sus ojos. Su voz fue música para sus oídos, sus palabras fueron un éxtasis que le dio varios motivos de inspiración. Su respiración suave y sus manos temblorosas por los nervios le cautivaron, y le llevó a que dejase tocar su corazón de repente sin más, ser un sueño que se le hacía realidad.
Ella soñaba con sus labios, compartía su tinta con ella, y en esa tinta que quiso compartir se hallaba lo más preciado que le pudo entregar. Entre rayas, entre palabras y entre abstracción ella, ahí estaba ella, y su esencia, su recuerdos, sus pasiones, sus sueños nunca realizados y muchos por realizar. Ella fue la musa de inspiración por mucho tiempo, ella fue, ella es, ella será.
Más que un recuerdo vivo es un presente viviente, es algo, es alguien, es su algo que no le pertenece, es un todo y nada que se resume a una sola cosa, ella.
Tantos deseos, tantos recuerdos, tantos crepúsculos, tantas noches, tantas estrellas, tanto tiempo que se desató en vivencias. Ella, con su toque delicado, con su suavidad le acarició el alma, se volvió la dueña de sus palabras, se convirtió en parte de una esencia marcada, de las lineas y de los párrafos que entregaban un poco más que un contenido de letras.
Una noche, tan sólo una le bastó para saber a donde llegaría, una noche bastó para que sus labios fueran su adicción. Esa noche bastó para ver en los ojos de ella el brillo que le daría el brillo a los de ella. Con su sencillez le rebozó el alma de felicidad, con la torpeza de sus miradas, la manera en la que las dos se hacían temblar, la manera en la que las dos se sintieron completamente ajenas al mundo al que hacían parte.
Ella temerosa decidió vencer un par de sus miedos para poderle entregar algo a aquella que decidió eliminar todos los límites que con ella se hallaban, tan sólo por dejar volar libre ese sentimiento que en ella se generó después de varias noches de profundas conversaciones que le hicieron pensar por momento que quizá ella sería quien pudiese colorear su mundo completamente, y así fue precisamente.
Para ella cada palabra se volvió relevante, pues su rareza le hacía contemplar el mundo de una manera diferente. Desde que ella llegó a su vida, sus días se hicieron más alegres, pues sí, ella le había dado un motivo más para levantarse cada día y respirar con más ansias que antes. Le recordaba cuando escuchaba la radio, y la recordaba cada noche antes de acostarse y cada mañana a penas se ponía en pie para comenzar un nuevo día. Fue su motivación, fue una razón, fue tantas cosas...
Su mundo a blanco y negro de repente se tornó colorido, su estómago se retorcía de nervios cada vez que se hallaba cerca de ella; sus ojos hablaron incluso más que sus palabras a la hora de mirarle a ella a los ojos. Su sonrisa se tornó diferente y no fue ella la única que lo notó, pues ella llevaba consigo mucho peso que le presionaba la espalda pero que después, a medida que fueron pasando los días, se desvaneció.
Soñaron juntas, hablaron de lo que podría pasar, de lo que no también, de lo que les gustaba, de lo que no, de lo que querían y de lo que no querían. Hablaron de sus vidas, de sus vivencias, de sus experiencias. Lloraron, se dolieron, se recuperaron y levantaron aquello que en algún momento se les fue al piso, y así, con más fuerza sintieron que la magia que se llegó a perder había hecho lo suyo de nuevo. Es cierto, ellas se querían, ellas se soñaban. No fue una historia común, no fue algo de lo que se habla comúnmente, no era algo que se ve todos los días, tampoco fue una historia rosa, de esas que suelen aparecer en los cuentos para niños, fue algo especial.
Sus sueños fueron promesas después de un tiempo, y las palabras a veces ya no eran necesarias para saber que se amaban. Se amaban a ratos, a veces simplemente se querían. Había días tristes y nublados, como noches de inmenso cariño muto. Se dejaban llevar por la música, por la realidad paralela a donde a veces llegaron sin proponérselo; a veces se sentían tan libres como el viento y a veces sintieron la soga en el cuello. A veces gritaban, a veces simplemente era mejor no decir nada, y otras veces no querían soltarse ni dejar de besarse, seguido por un te amo, por una simple sonrisa coqueta o de ternura. Así era, así fue.
Volaron libres, volaron sin miedo, pero llegó el día que se temía, pues todo lo que sube tiene que bajar. Un malentendido, un mal trago, un mal recuerdo les arrebató aquello que construyeron. Sus días se opacaron, la culpa de varios errores juntos hizo que todo aquello que tenían en sus manos, simplemente se saliera de ellas.
Ellas, ellas, ellas. Nosotras, fuimos, somos, éramos, ¿seremos? Vaya el destino a regalarle los sueños a otros que también sueñan. Vaya el destino y les depare caminos diferentes, o que finalmente termine de juntarlos. ¿Quién ha de saber? No hay esperanza, no hay descarte, sólo se resume a un destino incierto.
Ella la quiere, ella...
Sin despertar de un sueño, pero aún siendo realista, ella la extraña, ella la piensa, ella la recuerda. Ella sonríe pensando en asuntos varios, sonríe recordándole, sonríe sin miedo cuando habla con ella. Sonríe con sus argumentos, con su terquedad, con sus innatas y efímeras ocurrencias que le roban carcajadas a veces.
Y ella, aquella ella risueña, sueña, le recuerda que le quiere de vez en cuando. Le hace pintarse de caricatura y le hace reír con ella desmesuradamente. Ellas se quieren y no están juntas, porque saben que por ahora no es conveniente puesto que hubo mucho de por medio. No hay un después, no hay un ahora, hay un hubo que aún está, hay tanto de por medio que en realidad no es nada, pero que tan sólo ellas saben que es.
Ellas, nosotras, tú y yo. Te quiero.


Mi cuento de hadas

"Un día 14
del 08
del 04
Es mi cuento de hadas
Todo empezó un día 14
Todo empezó con aquel sábado que tanto espere y que por fin llegó
Recuerdo que estaba nervioso pero ansioso por verte
necesitaba tenerte entre mis brazos, poseerte
Fueron mas de mil mensajes, cien noches pensando en ti
Por fin llego el día esperado que tanto soñé vivir
Pues aun recuerdo ese momento, el reencuentro en esa estación
Tu tan guapa como siempre , esperándome en un rincón
Te había echado tanto de menos, por fin te tenia conmigo
Al principio se me hizo extraño, tras 6 meses como amigos
Aun no sé como explicarlo, creerlo fue complicado
Y tenerte junto a mi trazar un camino a tu lado
Empuria Brava fue el lugar donde empezó la felicidad
Donde se abrió la confianza, aun mas de la que ya había
Besarte, se me hizo extraño
Rápido me acostumbre
Solo quería estar contigo y de lo demás me olvide
Por un instante tu eras mi vida, solo quería abrazarte
Besarte, tocarte, poseerte, hacerte mía
Y así fueron pasando días sin salir de casa y admirándote cuando dormías
Unidos por el destino, unidos por un sentimiento
Dos corazones unidos que latían al mismo tiempo
y por el otro es una historia de amor
Una historia de dos amigos unidos por la pasión
Es un cuento perfecto
Quizás un cuento sin final.
Yo un príncipe y tu la princesa con tacones de cristal
Me gustaría que este cuento
Fuese un cuento infinito
Porque cada momento contigo
Siempre es el mas bonito
Somos distintos
Pero a la vez somos iguales
Las horas son discusiones las noches son personales
Son sueños y fantasías
Son mentiras y verdades
Este es mi cuento de hadas basado en hechos reales
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
No me preguntes un porque
Lo único que se es que te quiero
A veces cuando estoy solo
Me rayo y me entra el miedo
Miedo a perderte
Si tu te vas yo voy contigo
Porque tu sigues llenándome y no quiero estar vacío
Mi objetivo en esta historia solo es hacerte feliz
Porque una sonrisa tuya es mas que todo para mi
Querer contra el viento y la marea
Si tu vas conmigo
A contra corriente hasta donde nos lleve este río
El destino esta en tus manos y en las mías también
Recorrer esos caminos que jamás recorrió nadie
Agarrados de la mano olvidando el sufrimiento
De las pausas, de los cortes y de esos malos momentos
Que toda relación sufre
Y esto es que esto va por temporadas
Lógicamente estaré en las buenas y aguantare las malas
Porque en una relación se esta para lo bueno y lo malo
Ya en año y medio y hasta ahora todo hemos superado
Y se que perderás gente pero a mi me tendrás siempre
Y yo a ti te tendré a ti cada milésima en mi mente
Me enamore de ti solo con mirarte a los ojos
Una mirada tuya conseguía ponerme rojo
Eres mi mundo, mis estrellas, mi luna y también mi sol
Eres la luz que me ilumina las noches cuando estoy solo
Lo eres todo para mi me das todo a cambio de nada
Y es que para mi tu amor es todo lo que deseaba
Me gusta despertarme y ver que te tengo a mi lado
Despertar y ver tus brazos a mi cintura agarrados
Y es que la cama sin ti se siente sola y vacía
Igual que yo hoy pensando en lo que en este momento haría
Cada segundo contigo
Siempre es mi mejor momento
Nuestra historia es mi cuanto favorito de entre cientos
Lo leo cada noche
Quieres ser mi cenicienta
Tu siempre seras la bella y yo la bestia
Aunque no crea en el amor
Es distinto contigo
No me veo sin ti
Quiero seguir el recorrido
Creo en ti, creo en mi, te guardo en mi mejor recuerdo
Y en mi corazón siempre estarás, serás mi mejor cuento
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas"

jueves, 2 de septiembre de 2010

+Despedida+

Que no me va a doler, que no voy a llorar, que no voy a hundirme. Probablemente sí lo haga, ¿ya qué más da si me ahogo o me desahogo?
Que no es el fin del mundo, nadie tiene que decírmelo, pues ya lo sé. Que la vida no es justa, eso también lo sé, y por más que me lo repitan cien veces les diré que ya lo sé, porque es preciso, ya lo sé, pero el que predica poco aplica, desafortunadamente.
No sé en qué punto estoy, no sé cómo llegué aquí, no sé tampoco por qué, pero fue, pasó y acá estoy, aunque era evidente que el día habría de llegar y que esto habría de escribir.
Se fue, sí, se fue, y me dejó varias cosas; me dejó momentos, me dejó canciones, me dejó un par de ilusiones que aún no sé cómo borrar, aunque sé que fui yo misma quien se encargó de construirlas, y aunque me duela decirlo, sabía que en el preciso momento donde me hallo ahora, fue el que siempre me imaginé pero en el que no quise estar nunca. Aquél que prolongué con la esperanza de que fuese diferente, pero ¿ya qué puedo hacer?
Sé que mis lamentos no le traerán de vuelta, sé que mis acciones no lo harán tampoco, y no lo pretendo, no pretendo llegar de nuevo a ese punto, a aquél punto donde me puse inicialmente. Como escuché un par de veces, lo que es de uno, es de uno, y si ha de volver pues ya volverá, pero no guardo ni la más mínima esperanza de que vuelva a mi porque siempre fui yo quien volvió a ella.
No sé cómo se siente después de partir, pero tampoco intento saberlo. Ni la luna ni las estrellas me alcanzaron para demostrarle cuanto la amo, porque ni siquiera me pertenecen, pero de alguna manera reconfortante, sé que ella supo que bien yo quise hacerle saber cuanto la amaba con aquello que estuvo entre mis manos, mientras estuvo, claramente.
Hace frío, o no sé si yo soy quien se está congelando por dentro, no sé sinceramente cómo describir mis sentimientos, no sé realmente qué es lo que siento, pero de verdad que se siente muy mal. Ya no tengo a donde mandar todo aquello que siento, ya no sé cómo más sacarlo de adentro porque aunque llore y llore se mantiene ahí, bien adentro y quema, quema como el fuego, quema como el hielo que me congela el día de hoy.
Hoy ya sé que es un fin definitivo, el fin de una etapa y el comienzo de otra que está en mis manos, pero que realmente no tengo ni idea de como empezar a manejar. No quiero empezar de nuevo, hoy no, hoy no quiero retomar mi vida sin eso que tenía, pero debo hacerlo por más que me niegue, debo porque sino entonces será mi fin, el fin de mi camino y de mis dichas y desdichas. Cómo me gustaría dormir por un buen rato, como me gustaría levantarme y simplemente ver como ya todo se ha quedado en el pasado y hace parte de mis más hermosos recuerdos que ya dejaron de doler. Cómo quisiera...
Ya puedo entender muchas cosas, el día de hoy entiendo el por qué de muchas otras, y me duele aceptarlo, pero sé que fue lo mejor, sé que esto que cada día estaba creciendo en mí me iba a perjudicar a medida que fueran pasando los días. No siento rencor, no siento odio ni resentimiento, simplemente no siento nada.
Me conformo entonces con saber que algo de mi le pudo haber quedado y ella donde quiera que se encuentre en este momento lo debe sentir y saber, lo cual de una manera ridícula me hace sentirme un poco menos mal.
A ella le debo muchas cosas,parte de mi felicidad, unas cuantas palabras, parte del volar de mi imaginación, le debo los mejores momentos que en toda mi vida haya podido vivir. Le debo las ganas de vivir cada día como si fuese el último, le debo seis meses de grandiosa satisfacción y le debo el conocer del amor; le debo el poder soñar junto a alguien, por más que sólo hayan sido los sueños adolescentes de una persona soñadora como yo.
Le quisiera pedir perdón por si en algún momento le hice daño, le quiero pedir perdón por no haber podido decir nada en el momento en que me miraba a los ojos esperando quizás una respuesta, porque aunque estaba a punto de decir millones de cosas preferí callar, no pude decir nada porque no quería llorar una vez más y arrojarme en sus brazos como si fuese la última vez que le pudiera decir te amo mirándola, no quería hacer de ello un melodrama y tampoco quería que la última vez que me viera en algún tiempo, fuera con lágrimas en los ojos.
Ojalá me recuerde feliz, ojalá recuerde con la misma pasión aquello que yo recuerdo en ciertos momentos. Que donde quiera que se halle recuerde cada una de las palabras que le dije como palabras sinceras y actos delegados que me fascinaba realizar, ojalá tantas cosas...
No ha pasado mucho y ya le extraño, no han pasado más que un par de horas y todo esto que siento comienza a hacerse bastante fuerte, bastante extraño. Pero no quiero que se preocupe porque esta vez no la buscaré con lágrimas en los ojos para decirle que la amo y que la extraño, sino para ofrecerle mi más sincera amistad. No la quiero fuera de mi vida, pero por ahora no puede estar tan dentro de ella de forma física, porque la siento y si que la siento bien adentro.
No espero olvidar, no espero odiar, porque no hay motivos para hacerlo, pero sí espero que esto que estoy sintiendo con el tiempo empiece a desvanecerse, porque realmente aunque deseo hacerlo, hay una parte de mi aferrada a todo eso que aún no quiere aceptar su partida.
Por último sólo quiero que ella tenga claro que nunca en su vida habrá alguien que la ame de la manera en que yo lo hago, y que con el tiempo, aunque mis heridas se curen, ella logre recordar todo aquello que le dí sin medida, que recuerde que hubo mucho que no alcancé a darle y que tenga claro que hace parte de mi vida como mi más hermoso recuerdo que tiene que ver con el amor, por que sí, debo aceptar, ella es y será siempre mi primer amor...

miércoles, 4 de agosto de 2010

+Sinónimo de naufragio+

Ya no sé que día es hoy, tampoco sé si anochece o atardece; si llueve o simplemente hace sol. Millones de cosas se pasan por mi mente y por mi corazón. Miles de palabras que quiero decir y recitar pero simplemente no salen de aquél lugar donde se encuentran refugiadas. A veces me gustaría gritar y sacar lo que pasa momentáneamente por mi pensamiento, pero simplemente no puedo hacerlo, evito hacerlo. Me escondo en una sonrisa irónica, me escondo en pensamientos simples y ya, hasta ahí va, no puedo pasar de allí, tan sólo puedo apegarme a una canción que me toca el alma levemente, sólo puedo tratar de ignorarme a mi misma y a mis pensamientos. No puedo, simplemente no puedo, y por eso tengo que escribir, por eso tengo que liberar, sacar, auscultar o como desee llamarle.
Tan sólo logro empapar mis manos de un valor cobarde para refugiarme y a la vez para gritarlo así no sea un grito audible. Recorro caminos con mis dedos, me hago preguntas pero no llego a una respuesta concreta, o bueno, quizás si llegue a la respuesta pero es probable que prefiera hacerle pasar desapercibida y seguirme preguntando por simple orgullo.
No había fingido hace mucho, no me sentía incógnita de nadie ni de nada hacía mucho tiempo, me sentí libre y sentía que volaba, pero de repente una fascinante sensación extraña empezó a grabar palabras que después de un momento se tornaron insoportables. ¿Es eso lógico? ¿Es lógico sumirse ante tanta demencia? No lo creo, no quiero que así sea, pero así es, así es que lo estipulé.
¿Por qué habría de ponerle límites a algo tan sencillo? Pues realmente, no lo sé, y por eso no lo hice, y es tal vez por eso que me encuentro aquí de repente sin más. Pensé que quizás podría ser valiente y enfrentarme ante una guerra donde me juré ganadora, pero que simplemente ahora me está derrotando. Es mi mente, es mi imaginación, quizás sea real, quizás no sea nada o probablemente sea todo lo que nadie se imaginó nunca. Probablemente todos lo imaginaron y yo fui la única que no quiso ser parte de esa emotiva reunión de pensamientos y sentimientos encontrados que me causaba el hecho de sumergirme ante algo donde no poseo el control absoluto, de hecho donde no poseo el más mínimo control.
Ya sumergida en esto no hay salvavidas para salir, para encontrarme de nuevo con el regocijo que me causó una cascada simple e irrevocable. Me sacia, me toca el alma, me identifica y me carcome levemente. A veces prefiero callar, a veces simplemente no puedo hacerlo, hoy no dije nada pero tampoco callé mis palabras para que fueran libres. No me cohibí de pensamientos, pero tampoco les hice caso. ¿Entonces ahí qué? ¿Me engañé o simplemente "no le dí importancia"? Ya no sé a qué juego, ya no sé cual es el famoso juego, ya no entiendo nada, y de cierta manera lo entiendo todo (aunque preferiría no hacerlo)
Millones de acciones, millones de palabras involucradas, tan sólo una mirada y se va todo al piso, como si nada. El simple olor, el abrazo, la desidia de algo que finalmente no comprendo. ¿Por qué? ¿Por qué a mi si siento que no he podido ser más sincera? Fácil, es increíble la facilidad con que las cosas llegan a suceder, a doler, a molestar, la facilidad con la que me encuentro con un manojo de minutos inservibles que no me acortan pero sí me alargan el tiempo.
¿Qué pretensiones han de haber de por medio? ¿Qué es eso que no puede hacerme ser eso que deseo ser en torno a lo ya mencionado anteriormente? Es patético, es ridículo, quizás llegué a pensar en algún momento que eso que hoy considero imposible, iba a llegar a ser tan fácil de reconocer en terrenos ajenos. Me vine a creer la salvadora y redentora y terminé más lastimada que cualquiera de aquellos que deberían haber sufrido la laceración. Vine supuestamente a curar algo que no sabía que existía y después me veo allí, pintada en un horizonte que no me pertenece; es claro, me encuentro en él pero no sé si combine yo allí, donde no hallo ningún tipo de identidad. ¿Qué soy allí? ¿Quién soy allí? ¿Qué papel desempeño allí? Lastimosamente jamás el que deseé llevar a cabo. Llegué con fructuosas aspiraciones y terminé en el suelo de los que los pudre la tierra. Llegué con mis manos llenas de infinitas desolaciones que de repente se tornaron en algo hermoso, y ahora me he quedado sin nada material que ofrecer, pero con mucho en el alma para expresar; algo que me resulta nulo, que me resulta ser las palabras que evidentemente no recibiría por nada del mundo, aunque pagaría lo que fuese necesario por ellas.
Se me rompe el cielo a pedazos, me eriza el frío, me hiere, me lastima. El cielo está gris, llora porque se siente solo, llora y se estampan sus lágrimas en mi ventana. No entiendo por qué de mi cielo no han de salir lágrimas, porque en sí, creo que necesito un poco de ellas, pero no salen, se acostumbraron a escampar en la inmensidad del alma y se quedaron limpiando las palabras que decidí redactar. Tantos impulsos, tantos momentos que se quedan sólo en momentos, suspendidos en el tiempo, y con ellos la impotencia, la insatisfacibilidad, la que alguna vez me satisfizo y que ahora se burla de mi y me juzga con su mirada.
Y ahora me pregunto, ¿qué tan ciertas son aquellas palabras? ¿Qué tan cierto es aquél deseo impulsivo de una noche helada? No sé hasta que punto exista eso, no sé hasta qué punto sea una fantasía o un espejismo. No sé si exista tal felicidad y más sabiendo que el otro horizonte es mucho más hermoso a los ojos de quien lo ve. ¿Qué tiene ése que no tenga el mío? Supongo que todo, supongo que todo lo que tiene el mío lo tiene el otro, y que todo lo que le falta al mío también logra tenerlo aquél. ¿Por qué?
Supongo que prefiero cerrar mis ojos y pasar por encima de lo que siento de nuevo, estar dispuesta a lo que haya de venir con todo este manojo de incrementos y decrecimientos que vendrán. Me imagino que no me iré hasta que me trague la tierra, hasta que me convierta en pasado y me regrese de donde vine. ¿Será? Porque aún no ha sido, pero quizá sea, como probablemente no lo será. ¿Qué más da?