jueves, 23 de septiembre de 2010

+Inconcluso+

Confieso que me unté un poco de este mundo y del otro tan sólo para tocarte. Confieso que me perdí en muchas cosas que jamás pensé perderme, entre ellas tus ojos, entre ellas tus labios, tus manos y el olor de tu pelo, el sabor de tus labios.
Me enamoré de los sueños que me ofreciste, me volví débil y vulnerable, me deje llevar por tus manos, me dejé llevar por tus dedos, por lo que mis poros exhalaban al amanecer al lado de unas cuantas copas y un poco de embriaguez.
Me dejé seducir por cada trago de tu amor y por cada bocanada de humo donde la nicotina comenzó a saberme a ti.
Me supiste dulce como amargo, me envolviste y desenvolviste a tu antojo, y realmente no me molesta, jamás me molestó. Muchos me criticaron, otros cuantos me juzgaron, pero ya bien debes saber que nunca me importó lo que dijeran y pensaran desde hace varios meses.
Me unté tanto de todo esto que me terminó gustando, me gustó tanto que ahora me cuesta trabajo dejarlo, me unté tanto que ahora busco en cualquier lugar eso que sólo contigo pude encontrar.
Te vas, me voy, vuelvo y vuelves conmigo, estamos sin estar, nos amamos cada una a nuestra manera, nos vamos de nuevo, volvemos y así, no sé, no tiene nombre, no tiene explicación pero no la busco porque sólo tú y yo entendemos aquellas miradas, aquellas canciones, aquellos sueños que por accidente se encuentran en el aire y se esfuman tan efímeros como esto que aquí se halla.
Tu mirada dice mil cosas, tus palabras callan lo que tu mirada dice. Tus sueños en un horizonte lejano, mis ojos bien puestos en tus pupilas, tu olor impregnado en mi esencia, tus manos sobre las mías, mis manos sobre las tuyas.
(...)

lunes, 20 de septiembre de 2010

+Dos+

Mujer, tus palabras, tu olor me viciaron algún día, me ataron, me enamoraron. Allí estuve, aquí aún me hallo o al menos un poco de mí, entre palabras y risas, entre sueños e ilusiones.
Mujer, tus sabias palabras me levantaron e incluso crearon un poco de equilibrio en este planeta de locos que hay dentro de mi cabeza. Tus sueños fueron parte de los míos y mis anhelos se convirtieron un poco en tuyos, o más bien de ti.
Ya lo sé, ya sé que no lo pediste, no espero escuchar nada de eso de nuevo, ya bien sabes que te lo dije, que traté de hacértelo sentir con las yemas de tus propios dedos y sé que de cierta manera lo sentiste.
Sé muchas cosas que crees que ignoro, pero también desconozco muchas que creo conocer. No espero que me pidas perdón, no espero un "te amo", no espero nada, aunque a veces deseo con ansias que por un segundo estuvieras dentro de mí y sintieras así fuese un poco de lo que llegué a sentir.
Me llevaste a extremos, me llevaste a tocar un poco de algo similar a la perfección, porque ya bien sabes que no creo en ella y aunque sé que lo apreciaste, hubiese esperado que lo sintieras como yo quise que hubiese sido, pero sería ridículo tratar de encender cerillas sin una piedra al rededor.
Te amé, te quiero, te aprecio, a veces te amo, a veces te sueño. No quiero que me olvides, tampoco pretendo olvidarte, pues mi corazón te grabó bien adentro.
Serás mi amiga, no un simple recuerdo. Serás ella, serás la mujer que soñé, la mujer que amé sin reparo, serás muchas cosas, pues ya eres muchas de ellas.
Te agradezco por la complicidad, por la felicidad, por el tiempo, por las palabras y más que nada por la sinceridad. (Aunque ya bien sé que odias que lo haga)
Anhelo seas feliz, como siempre sueles serlo, anhelo tu sonrisa impregnada en tu esencia, deseo que vivas con las mismas ganas que me enseñaste; deseo que sigas anhelando y que tu esencia siga siempre tan firme como lo ha sido desde que logre aspirar el olor de esta.
Mujer, eres mucho, nunca olvides que en estos cientos de días aprendí a conocerte de pies a cabeza, aprendí a amarte a mi manera y aprendí a entender un poco de tu manera de amar. Espero nunca te vayas, enseñame un poco más de ese poco que logré probar de ti.

El cielo no se opaca si en el plasmas tus sueños, el dos nos ha perseguido y siempre será especial. Te quiero.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

+No es silencio, son mil palabras+

Silencio, "a veces vale más que mil palabras" dicen por ahí y empiezo a creer que es cierto. También dicen que "el que calla otorga", y soy testigo de que no puede ser más acertada aquella frase en aquellos momentos donde uno intenta hacerse el fuerte e intenta no decir nada que pueda estimular más los sentimientos, pero le es imposible dar una respuesta clara y verídica porque sabe que se le puede ir el mundo a los pies y se le puede pasar la vida volando en un segundo.
Hay días de días, algunos amargos, algunos soleados, llenos de risa, algunos nublados y lluviosos, aquellos días melancólicos que nadie puede describir por la ausencia de palabras tangibles. Hay días variables, donde ni el sol ni las nubes son capaces de describir los sentimientos. Hay ausencias medidas y desmedidas que simplemente causan algo de inestabilidad en un punto donde no se siente más ni menos, donde simplemente no se siente.
Resulta indescriptible la abstinencia, resulta compleja la realidad y más complejo aún afrontarla sin querer hacerlo. Hay días donde el simple peso de una actitud o una acción le puede cambiar a uno el panorama diverso, o más bien disperso que se pone ante nosotros sin motivo alguno.
Días aburridos, días extraños, días carentes y muchos otros recargados. ¿Dónde queda entonces el balance? ¿Será que en realidad si existe tal balance? ¿Y qué hay de la tranquilidad? ¿Esa quién la podría devolver si es que alguna vez alguien ha sentido que se la han quitado?
Muchos empeñados en encontrar aquél "botón" de la felicidad, y otros cuantos resignados a vivir la vida que les ha "tocado vivir" ¿y qué hay de mi? ¿Qué hay si yo no pertenezco a ninguno de los dos? Supongo que me obstina un poco el pensar que algún día habré de morir y habré de dejar todo aquello sobre el camino, y que todo por lo que luché y sufrí se quedará en sólo recuerdos hasta que muera y nadie más pueda recordarme. También supongo que todas mis vivencias y experiencias vividas quedarán escritas en libros, o quizás en las páginas de mis diarios, a lo menos en los cuadernos que deje en mi testamento si no es que muero antes de escribirlo.
Frialdad, mucha apatía, un poco de sarcasmo y algo de nicotina desenfrenan mis sentimientos, mis pensamientos. Los excesos no son buenos, pero las carencias tampoco lo son, entonces ¿cómo saber cuando se encuentra uno en el punto adecuado sin dar más ni recibir menos? A veces llega a molestar la simpleza y también la complejidad, y volvemos a los extremos.
¿Qué es bello y que no lo es? ¿Qué es perfecto y qué no lo es? Todo es tan relativo, que no existe algún esquema de perfección porque es netamente personal el concepto de cada uno de los extremos. ¿Quién podría crear un esquema que incluya a cada una de las mentes existentes en este mundo de conflictos? Por ejemplo mi concepto de perfección es reservado porque no creo en ella, mi concepto de belleza va más allá que el de muchos y la fealdad no es nada más que la carencia de esencia, pero entonces ¿qué hay de aquellos que lo ven diferente?
¿Y qué hay del amor? ¿Qué hay de los amores no correspondidos? ¿Qué hay de aquellos que entregan todo sin esperar mucho a cambio? ¿Qué hay de aquellos que aún no aprenden a valorar? ¿Por qué depender o por qué no hacerlo? ¿No que nos complementamos? ¿Y los que se conforman con nada o quizás poco?
No lo sé, no lo comprendo y tampoco lo contemplo. No quiero ser eso, pero a veces siento que me sumerjo en ello, aunque todo son dualidades, hay varias opciones y eso es lo que a veces me resulta sarcástico y me causa gracia, tanta dualidad me recuerda lo ridículo que se puede llegar a ser a veces, sin más, luego es más triste recordar que de las dos opciones que tuvo escogió la peor de ellas, sabiendo incluso que la otra sería la acertada. Me resulta...

-¿Qué hora es?
-La verdad lo he olvidado, he mirado el reloj ya dos veces en los últimos 30 segundos y no puedo recordarlo...
-¿Y por qué no miras de nuevo?
-No quiero perder más el tiempo...
-No lo pierdes, simplemente miras la hora...
-Sí, por eso...
-No lo entiendo.
-Yo tampoco, pero no intento hacerlo. Me cansé ya de intentarlo sin resultado.
-¿Y qué hay de lo demás?
-Siempre ha sido lo demás, no me pertenece, pues que simplemente se quede en "lo demás."
-¿No te aterra el hecho de estar sola?
-Confieso que sí, en algún momento llegó a afectarme más de la cuenta, ahora simplemente me da igual.
-No te creo.
-Me da lo mismo si lo crees o no, con que yo lo sepa ya me basta.
-¿Y yo?
-¿Tu qué?
-¿Qué soy para ti?
-Pregúntatelo a ti mismo, ya me cansé de dar explicaciones a cada uno.
-¿Por qué tan a la defensiva?
-Porque no tengo de otra...
-¿Por qué lo dices?
-No me he conformado, pero tampoco lucharé hasta el fin de cada cosa. Como ya he dicho, prefiero tenerlo claro yo que exponerlo para que los demás me cuestionen.
-¿Y si te sigo preguntando?
-Probablemente no encontrarás ninguna respuesta diferente a la que ya sabes.
-¿Qué ocultas tras tus ojos? ¿Por qué tanta amargura?
-Ya te dije, estoy cansada. ¿Por qué tantas preguntas?
-Quiero saber qué te pasa.
-¿Y por qué querrías saberlo si igual no importa?
-A mi sí.
-Sí, eso han dicho todos e igual se han ido...
-Pero yo no me iré...
-Sí, eso también lo he escuchado...
-Te lo juro...
-(...)
-Ya sé que no me crees, pero deberías hacer el intento.
-Ya lo intenté mucho, y me cansé. ¿Por qué te es tan difícil de entender?
-Porque parece que todo te pasa por los ojos y no causa nada.
-Eso sólo lo sé yo, no me juzgues.
-No te juzgo, pero sólo hablo por lo que veo.
-Entonces si me estás juzgando, ¿ya ves como me das la razón con cada frase o palabra que dices?
-Estás insoportable.
-Y tu estás como todos los demás...
-No se puede hablar contigo...
-¿Y quién ha dicho que quiero hablar?
-Pues lo supuse, pero ya veo que...
-Ya ves que no ¿verdad? Mira, no lo sé todo, de hecho poco se, pero no me interesa darte explicaciones de por qué me comporto así. No intentes creer que me conoces porque realmente ya no lo haces, he cambiado mucho en este tiempo, ya no soy la misma persona de antes. Recuérdame, pero no intentes comprenderme porque esa historia ya me la sé.
-¿Y ahora qué hice?
-No fuiste tú, fue el resto, también conozco ya bien esa historia.
-Me cansé.
-Yo también, te lo vengo diciendo hace horas...
-Te quedarás bien sola si sigues así.
-Pues sola siempre he estado, ya me da igual si te vas o te quedas...
-Pues a mi también.
-¿Entonces qué haces aquí?
-(...)
-Si no tienes nada más que decir puedes marcharte y si quieres desaparecer.
-Te a...
-No me amas, no sabes quien soy.
-No me juzgues.
-Vale.
-Terca.
-Bah..
-Adiós...
-Buen viaje.
-¿Qué te dice que me voy lejos?
-Te vas lejos de mi vida, mira como cambia todo. "Nunca me voy a ir" y ya te estás yendo, ya sé que no volverás, y si vuelves no serás el mismo, no más mira como me fue a mi...
-No lo entiendes...
-Tu tampoco...
-Te extrañaré.
-Sólo por un rato, después sólo seré parte de tu pasado y de tus recuerdos, y te repito, ya me da igual, aunque no sabes cómo me estoy sintiendo por dentro...
-Quisiera saberlo...
-No lo prolongues más, adiós...
-Te a...
-No lo haces.
-Tu no sa...
-Déjame, no va más, vuela feliz que yo dejé de creer en ti, en todos, dejé de amar y de besar, pero eso sí, aún anhelo, anhelo mucho. No quiero más de ti ni de ellos, ahora sólo me queda lo que soy y eso nadie me lo arrebatará con el resto.
-Despídete, abrázame...
-No, no más. Adiós...
-(...)

domingo, 12 de septiembre de 2010

+Una madrugada menos+

Podría quemar las nubes si fuera necesario en el amanecer de un domingo como este. Podría quemar los recuerdos y marcharme, pero sé que debo encontrar la fuerza necesaria para no desbaratarme en este mismo instante y no quebrarme en llanto una vez más. Podría dejar de escuchar la música porque toda me trae tragos amargos, pero no puedo dejar de vivir ni de respirar por el simple motivo de no tenerle a mi lado.
Es fácil, es sencillo de entender para muchos, una reacción patética que ni yo misma entiendo, algún balance adecuado que en este momento ya no está y que se ha vuelto inadecuado.
Tantos sueños, tantas mañanas y amaneceres que definitivamente ya no me saben igual. El sinsabor de la vida, las nubes que no dejan ver el sol,las nubes ocultan tantas mañanas soleadas que a su lado fueron simplemente hermosas.
Es todo lo que tenía por decir.

martes, 7 de septiembre de 2010

+Un sol que se esconde tras el otoño+

Temperamental, tangible o más bien poco tangible. Hay días en los que no desea nada, otros en los que simplemente desearía desaparecer. A veces sonríe sin miedo, pero ya no es tan constante y sus ojos ahora son opacos, aburridos y carentes de gracia.
Ha dejado de pensar como lo hacía antes, a veces se siente completamente derrotada y muchos días tiene anhelos de muchas cosas que a medida que va pasando el día se desvanecen al mismo ritmo que su sonrisa. De nuevo comienza a afirmar que no se conoce aún del todo, que probablemente la gran mayoría del tiempo se convenció de algo que no era realmente, o simplemente se conoció mientras se sintió diferente y de nuevo a vuelto a ser una desconocida para sí misma.
Ya no es sólo un cigarrillo, ahora se han convertido en miles. Se siente ansiosa, extraña, al parecer se siente en un cuerpo que no es el de ella y que no le pertenece, o más bien, no sabe si es que el alma ya no le pertenece a su cuerpo. Ya no le importa si las gotas de lluvia le mojan el rostro, tampoco le importa si mojan su pelo o si las lágrimas le quitan el maquillaje. Por poco le ha dejado de importar todo, se siente liviana pero no tranquila, de hecho su apariencia física no dice nada, puesto que por fuera se ve inerte pero por dentro está que estalla.
Olvidó lo que se siente aquello que sintió, olvidó lo que le hace pensar en todas esas hermosas cosas que le arrebataban el sueño y le hacían sonreír y ahora por el contrario, aún arrebatándole el sueño, le hace pasar noches en vela imaginando, meciéndose en sus pensamientos y lamentándolo por sí misma. Se siente quizás sola, impotente, siente que nadie podría entender nunca lo que pasa por su cabeza, ni el vació que le satura el corazón; sabe que nadie entendería lo que siente porque aunque se familiariza mucho con algo que prefiere no nombrar, nadie lo pudo haber sentido de la misma manera que ella lo hizo y que lo hace.
Se ve reflejada en el espejo, contempla su imagen por varios minutos sin encontrar nada, sólo un vacío en sus ojos, sólo una tristeza que se aferra con las garras a su alma. Sueña, sueña todas las noches con su imposible. Teme caer en su sueño, porque ya sabe bien lo que le depara, así que no sabe si es mejor estar despierta y consciente o dormida dentro de una realidad inconsciente que la lleva a la misma realidad que vive cuando está despierta y llena de vacíos tenues que le opacan cada canción que escucha y que relaciona.
Su excepción a cada regla, algo extraño que le ata a aquello que la hiela y que la estremece. Un sueño, y como mencionó antes, un flagelo, algo tan real que no existe, o al menos parece haber desapareció, para su gran infortunio. En sus tierras lloró sus ojos y ahora le agobia un poco el no poder palpar lo intangible, es como si se hubiese esfumado, pero sigue allí tan presente como antes, sólo que ha olvidado como se siente poderse estremecer cuando toca ese algo, ese recuerdo que se ha vuelto carente de sentido, se ha vuelto innombrable para ella.
Aquello está ya en otro lugar, tiene nuevas ilusiones, tiene varias razones para permanecer constante y ser feliz y la verdad ella le envidia puesto que le gustaría estar en esa misma posición, pero es claro que no será así, que tomará mucho tiempo aferrarse a la costumbre de acostumbrarse a la resignación, como siempre.
Ya está, ya se fue, ¿y ahora qué? Nada, no puede hacer nada pues sus ilusiones también tomaron un rumbo lejano, se perdieron en un mundo que básicamente no le pertenece más y que desafortunadamente echa de menos.
Sus palabras ya carecen de sentido, sus letras las arrojó el tiempo a la basura, pues es claro que ya nada que diga tendrá el mismo sentido que tuvo alguna vez. Es claro que la esencia de estas ya la ocupa una esencia ajena a la de ella.
Suerte por eso, suerte le desea pues la puerta ya está cerrada del todo, no se abrirá ya más, ella sólo se resigna a dejar volar libre aquello que siempre se le volaba de las manos y volvía a ella, pues ya sabe que no volverá más.
Al cielo y a los recuerdos que no puede más, no desea sentir más eso que le acongoja, cuando en el cielo finalmente se oculta aquél sol que le calentó pero que a medida que pasan los minutos se oculta tras el crepúsculo ella sólo sabe agachar la cabeza e intentar ignorar. Por ahora sólo puede degustar el sinsabor de sus días amargos, por ahora sólo le queda... ¡ah!, pero si es cierto, ya no le queda nada de eso.
Arrebata ya de una vez todas las lágrimas de sus ojos y déjala volar ya libre. Déjala ir sin más, déjala...

domingo, 5 de septiembre de 2010

+Ellas, nosotras, tú y yo+

Es una historia extraña, una historia de dos, algo que me resulta a veces indescriptible. Extraña, loca, tantos adjetivos que le describirían tan bien. Un sueño, un flagelo, un lapsus, algo tan único que me conmueve, que me atrapa, me acongoja y me lleva consigo a un viaje no planeado casi siempre.
¿Cómo empezar? ¿Cómo terminar? No lo sé, es claro que el comienzo estuvo bien marcado, y al parecer el final también, pero realmente va más allá, más allá de una simple historia que contar; va más allá de una experiencia de vida, más allá de algo que palpé casi con mis dedos, así que empezaré.
Su voz era tenue, era sensible, suave, colmada de pasiones, tenía los instrumentos necesarios en sus manos para dibujar lineas perfectas, y eso fue lo que hizo, eso fue lo que motivó a que ella se perdiera en sus ojos. Su voz fue música para sus oídos, sus palabras fueron un éxtasis que le dio varios motivos de inspiración. Su respiración suave y sus manos temblorosas por los nervios le cautivaron, y le llevó a que dejase tocar su corazón de repente sin más, ser un sueño que se le hacía realidad.
Ella soñaba con sus labios, compartía su tinta con ella, y en esa tinta que quiso compartir se hallaba lo más preciado que le pudo entregar. Entre rayas, entre palabras y entre abstracción ella, ahí estaba ella, y su esencia, su recuerdos, sus pasiones, sus sueños nunca realizados y muchos por realizar. Ella fue la musa de inspiración por mucho tiempo, ella fue, ella es, ella será.
Más que un recuerdo vivo es un presente viviente, es algo, es alguien, es su algo que no le pertenece, es un todo y nada que se resume a una sola cosa, ella.
Tantos deseos, tantos recuerdos, tantos crepúsculos, tantas noches, tantas estrellas, tanto tiempo que se desató en vivencias. Ella, con su toque delicado, con su suavidad le acarició el alma, se volvió la dueña de sus palabras, se convirtió en parte de una esencia marcada, de las lineas y de los párrafos que entregaban un poco más que un contenido de letras.
Una noche, tan sólo una le bastó para saber a donde llegaría, una noche bastó para que sus labios fueran su adicción. Esa noche bastó para ver en los ojos de ella el brillo que le daría el brillo a los de ella. Con su sencillez le rebozó el alma de felicidad, con la torpeza de sus miradas, la manera en la que las dos se hacían temblar, la manera en la que las dos se sintieron completamente ajenas al mundo al que hacían parte.
Ella temerosa decidió vencer un par de sus miedos para poderle entregar algo a aquella que decidió eliminar todos los límites que con ella se hallaban, tan sólo por dejar volar libre ese sentimiento que en ella se generó después de varias noches de profundas conversaciones que le hicieron pensar por momento que quizá ella sería quien pudiese colorear su mundo completamente, y así fue precisamente.
Para ella cada palabra se volvió relevante, pues su rareza le hacía contemplar el mundo de una manera diferente. Desde que ella llegó a su vida, sus días se hicieron más alegres, pues sí, ella le había dado un motivo más para levantarse cada día y respirar con más ansias que antes. Le recordaba cuando escuchaba la radio, y la recordaba cada noche antes de acostarse y cada mañana a penas se ponía en pie para comenzar un nuevo día. Fue su motivación, fue una razón, fue tantas cosas...
Su mundo a blanco y negro de repente se tornó colorido, su estómago se retorcía de nervios cada vez que se hallaba cerca de ella; sus ojos hablaron incluso más que sus palabras a la hora de mirarle a ella a los ojos. Su sonrisa se tornó diferente y no fue ella la única que lo notó, pues ella llevaba consigo mucho peso que le presionaba la espalda pero que después, a medida que fueron pasando los días, se desvaneció.
Soñaron juntas, hablaron de lo que podría pasar, de lo que no también, de lo que les gustaba, de lo que no, de lo que querían y de lo que no querían. Hablaron de sus vidas, de sus vivencias, de sus experiencias. Lloraron, se dolieron, se recuperaron y levantaron aquello que en algún momento se les fue al piso, y así, con más fuerza sintieron que la magia que se llegó a perder había hecho lo suyo de nuevo. Es cierto, ellas se querían, ellas se soñaban. No fue una historia común, no fue algo de lo que se habla comúnmente, no era algo que se ve todos los días, tampoco fue una historia rosa, de esas que suelen aparecer en los cuentos para niños, fue algo especial.
Sus sueños fueron promesas después de un tiempo, y las palabras a veces ya no eran necesarias para saber que se amaban. Se amaban a ratos, a veces simplemente se querían. Había días tristes y nublados, como noches de inmenso cariño muto. Se dejaban llevar por la música, por la realidad paralela a donde a veces llegaron sin proponérselo; a veces se sentían tan libres como el viento y a veces sintieron la soga en el cuello. A veces gritaban, a veces simplemente era mejor no decir nada, y otras veces no querían soltarse ni dejar de besarse, seguido por un te amo, por una simple sonrisa coqueta o de ternura. Así era, así fue.
Volaron libres, volaron sin miedo, pero llegó el día que se temía, pues todo lo que sube tiene que bajar. Un malentendido, un mal trago, un mal recuerdo les arrebató aquello que construyeron. Sus días se opacaron, la culpa de varios errores juntos hizo que todo aquello que tenían en sus manos, simplemente se saliera de ellas.
Ellas, ellas, ellas. Nosotras, fuimos, somos, éramos, ¿seremos? Vaya el destino a regalarle los sueños a otros que también sueñan. Vaya el destino y les depare caminos diferentes, o que finalmente termine de juntarlos. ¿Quién ha de saber? No hay esperanza, no hay descarte, sólo se resume a un destino incierto.
Ella la quiere, ella...
Sin despertar de un sueño, pero aún siendo realista, ella la extraña, ella la piensa, ella la recuerda. Ella sonríe pensando en asuntos varios, sonríe recordándole, sonríe sin miedo cuando habla con ella. Sonríe con sus argumentos, con su terquedad, con sus innatas y efímeras ocurrencias que le roban carcajadas a veces.
Y ella, aquella ella risueña, sueña, le recuerda que le quiere de vez en cuando. Le hace pintarse de caricatura y le hace reír con ella desmesuradamente. Ellas se quieren y no están juntas, porque saben que por ahora no es conveniente puesto que hubo mucho de por medio. No hay un después, no hay un ahora, hay un hubo que aún está, hay tanto de por medio que en realidad no es nada, pero que tan sólo ellas saben que es.
Ellas, nosotras, tú y yo. Te quiero.


Mi cuento de hadas

"Un día 14
del 08
del 04
Es mi cuento de hadas
Todo empezó un día 14
Todo empezó con aquel sábado que tanto espere y que por fin llegó
Recuerdo que estaba nervioso pero ansioso por verte
necesitaba tenerte entre mis brazos, poseerte
Fueron mas de mil mensajes, cien noches pensando en ti
Por fin llego el día esperado que tanto soñé vivir
Pues aun recuerdo ese momento, el reencuentro en esa estación
Tu tan guapa como siempre , esperándome en un rincón
Te había echado tanto de menos, por fin te tenia conmigo
Al principio se me hizo extraño, tras 6 meses como amigos
Aun no sé como explicarlo, creerlo fue complicado
Y tenerte junto a mi trazar un camino a tu lado
Empuria Brava fue el lugar donde empezó la felicidad
Donde se abrió la confianza, aun mas de la que ya había
Besarte, se me hizo extraño
Rápido me acostumbre
Solo quería estar contigo y de lo demás me olvide
Por un instante tu eras mi vida, solo quería abrazarte
Besarte, tocarte, poseerte, hacerte mía
Y así fueron pasando días sin salir de casa y admirándote cuando dormías
Unidos por el destino, unidos por un sentimiento
Dos corazones unidos que latían al mismo tiempo
y por el otro es una historia de amor
Una historia de dos amigos unidos por la pasión
Es un cuento perfecto
Quizás un cuento sin final.
Yo un príncipe y tu la princesa con tacones de cristal
Me gustaría que este cuento
Fuese un cuento infinito
Porque cada momento contigo
Siempre es el mas bonito
Somos distintos
Pero a la vez somos iguales
Las horas son discusiones las noches son personales
Son sueños y fantasías
Son mentiras y verdades
Este es mi cuento de hadas basado en hechos reales
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
No me preguntes un porque
Lo único que se es que te quiero
A veces cuando estoy solo
Me rayo y me entra el miedo
Miedo a perderte
Si tu te vas yo voy contigo
Porque tu sigues llenándome y no quiero estar vacío
Mi objetivo en esta historia solo es hacerte feliz
Porque una sonrisa tuya es mas que todo para mi
Querer contra el viento y la marea
Si tu vas conmigo
A contra corriente hasta donde nos lleve este río
El destino esta en tus manos y en las mías también
Recorrer esos caminos que jamás recorrió nadie
Agarrados de la mano olvidando el sufrimiento
De las pausas, de los cortes y de esos malos momentos
Que toda relación sufre
Y esto es que esto va por temporadas
Lógicamente estaré en las buenas y aguantare las malas
Porque en una relación se esta para lo bueno y lo malo
Ya en año y medio y hasta ahora todo hemos superado
Y se que perderás gente pero a mi me tendrás siempre
Y yo a ti te tendré a ti cada milésima en mi mente
Me enamore de ti solo con mirarte a los ojos
Una mirada tuya conseguía ponerme rojo
Eres mi mundo, mis estrellas, mi luna y también mi sol
Eres la luz que me ilumina las noches cuando estoy solo
Lo eres todo para mi me das todo a cambio de nada
Y es que para mi tu amor es todo lo que deseaba
Me gusta despertarme y ver que te tengo a mi lado
Despertar y ver tus brazos a mi cintura agarrados
Y es que la cama sin ti se siente sola y vacía
Igual que yo hoy pensando en lo que en este momento haría
Cada segundo contigo
Siempre es mi mejor momento
Nuestra historia es mi cuanto favorito de entre cientos
Lo leo cada noche
Quieres ser mi cenicienta
Tu siempre seras la bella y yo la bestia
Aunque no crea en el amor
Es distinto contigo
No me veo sin ti
Quiero seguir el recorrido
Creo en ti, creo en mi, te guardo en mi mejor recuerdo
Y en mi corazón siempre estarás, serás mi mejor cuento
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas
Mi cuento de hadas son hechos reales entre cojines y sabanas
Entre abrazos y almohadas
Besos caricias, la mirada enamorada
Os cuento nuestra historia, un humilde cuento de hadas"

jueves, 2 de septiembre de 2010

+Despedida+

Que no me va a doler, que no voy a llorar, que no voy a hundirme. Probablemente sí lo haga, ¿ya qué más da si me ahogo o me desahogo?
Que no es el fin del mundo, nadie tiene que decírmelo, pues ya lo sé. Que la vida no es justa, eso también lo sé, y por más que me lo repitan cien veces les diré que ya lo sé, porque es preciso, ya lo sé, pero el que predica poco aplica, desafortunadamente.
No sé en qué punto estoy, no sé cómo llegué aquí, no sé tampoco por qué, pero fue, pasó y acá estoy, aunque era evidente que el día habría de llegar y que esto habría de escribir.
Se fue, sí, se fue, y me dejó varias cosas; me dejó momentos, me dejó canciones, me dejó un par de ilusiones que aún no sé cómo borrar, aunque sé que fui yo misma quien se encargó de construirlas, y aunque me duela decirlo, sabía que en el preciso momento donde me hallo ahora, fue el que siempre me imaginé pero en el que no quise estar nunca. Aquél que prolongué con la esperanza de que fuese diferente, pero ¿ya qué puedo hacer?
Sé que mis lamentos no le traerán de vuelta, sé que mis acciones no lo harán tampoco, y no lo pretendo, no pretendo llegar de nuevo a ese punto, a aquél punto donde me puse inicialmente. Como escuché un par de veces, lo que es de uno, es de uno, y si ha de volver pues ya volverá, pero no guardo ni la más mínima esperanza de que vuelva a mi porque siempre fui yo quien volvió a ella.
No sé cómo se siente después de partir, pero tampoco intento saberlo. Ni la luna ni las estrellas me alcanzaron para demostrarle cuanto la amo, porque ni siquiera me pertenecen, pero de alguna manera reconfortante, sé que ella supo que bien yo quise hacerle saber cuanto la amaba con aquello que estuvo entre mis manos, mientras estuvo, claramente.
Hace frío, o no sé si yo soy quien se está congelando por dentro, no sé sinceramente cómo describir mis sentimientos, no sé realmente qué es lo que siento, pero de verdad que se siente muy mal. Ya no tengo a donde mandar todo aquello que siento, ya no sé cómo más sacarlo de adentro porque aunque llore y llore se mantiene ahí, bien adentro y quema, quema como el fuego, quema como el hielo que me congela el día de hoy.
Hoy ya sé que es un fin definitivo, el fin de una etapa y el comienzo de otra que está en mis manos, pero que realmente no tengo ni idea de como empezar a manejar. No quiero empezar de nuevo, hoy no, hoy no quiero retomar mi vida sin eso que tenía, pero debo hacerlo por más que me niegue, debo porque sino entonces será mi fin, el fin de mi camino y de mis dichas y desdichas. Cómo me gustaría dormir por un buen rato, como me gustaría levantarme y simplemente ver como ya todo se ha quedado en el pasado y hace parte de mis más hermosos recuerdos que ya dejaron de doler. Cómo quisiera...
Ya puedo entender muchas cosas, el día de hoy entiendo el por qué de muchas otras, y me duele aceptarlo, pero sé que fue lo mejor, sé que esto que cada día estaba creciendo en mí me iba a perjudicar a medida que fueran pasando los días. No siento rencor, no siento odio ni resentimiento, simplemente no siento nada.
Me conformo entonces con saber que algo de mi le pudo haber quedado y ella donde quiera que se encuentre en este momento lo debe sentir y saber, lo cual de una manera ridícula me hace sentirme un poco menos mal.
A ella le debo muchas cosas,parte de mi felicidad, unas cuantas palabras, parte del volar de mi imaginación, le debo los mejores momentos que en toda mi vida haya podido vivir. Le debo las ganas de vivir cada día como si fuese el último, le debo seis meses de grandiosa satisfacción y le debo el conocer del amor; le debo el poder soñar junto a alguien, por más que sólo hayan sido los sueños adolescentes de una persona soñadora como yo.
Le quisiera pedir perdón por si en algún momento le hice daño, le quiero pedir perdón por no haber podido decir nada en el momento en que me miraba a los ojos esperando quizás una respuesta, porque aunque estaba a punto de decir millones de cosas preferí callar, no pude decir nada porque no quería llorar una vez más y arrojarme en sus brazos como si fuese la última vez que le pudiera decir te amo mirándola, no quería hacer de ello un melodrama y tampoco quería que la última vez que me viera en algún tiempo, fuera con lágrimas en los ojos.
Ojalá me recuerde feliz, ojalá recuerde con la misma pasión aquello que yo recuerdo en ciertos momentos. Que donde quiera que se halle recuerde cada una de las palabras que le dije como palabras sinceras y actos delegados que me fascinaba realizar, ojalá tantas cosas...
No ha pasado mucho y ya le extraño, no han pasado más que un par de horas y todo esto que siento comienza a hacerse bastante fuerte, bastante extraño. Pero no quiero que se preocupe porque esta vez no la buscaré con lágrimas en los ojos para decirle que la amo y que la extraño, sino para ofrecerle mi más sincera amistad. No la quiero fuera de mi vida, pero por ahora no puede estar tan dentro de ella de forma física, porque la siento y si que la siento bien adentro.
No espero olvidar, no espero odiar, porque no hay motivos para hacerlo, pero sí espero que esto que estoy sintiendo con el tiempo empiece a desvanecerse, porque realmente aunque deseo hacerlo, hay una parte de mi aferrada a todo eso que aún no quiere aceptar su partida.
Por último sólo quiero que ella tenga claro que nunca en su vida habrá alguien que la ame de la manera en que yo lo hago, y que con el tiempo, aunque mis heridas se curen, ella logre recordar todo aquello que le dí sin medida, que recuerde que hubo mucho que no alcancé a darle y que tenga claro que hace parte de mi vida como mi más hermoso recuerdo que tiene que ver con el amor, por que sí, debo aceptar, ella es y será siempre mi primer amor...