domingo, 25 de noviembre de 2007

Innata realidad

Innata realidad transparente. Mis ojos tan nublados y con el alma aguardando en una esquina de mi habitación.
Evidentes deseos tan indeseables que salen por mis ojos como cascadas de lava quemando mis mejillas; Con el perfume de una tristeza tan inmensa que rellena los vacios de mi corazón, haciéndo así que siénta como el odio carcome mis deseos, y como seca mis tristes lágrimas de sangre.
Deseos inéditos de salir a la calle con tan pocas esperanzas que simplemente soy un cuerpo sin alma.
Aguardo. Un minuto más, un minuto menos, ya que más da.
Olvido los sueños y me convierto en parte de la realidad de la cual nunca quise ser parte.
Una mujer soñadora como yo que va a querer ser parte de una realidad. Prefiero engañarme con solo fantasías que aparentan ser realidad pero que al volverse sueño se destruye como cuando alguien le roba a uno las increíbles ganas de volar cortándole las alas.
Sonrisas fingídas, palabras enrredadas de boca en boca. Cada quien haciéndose parte de esta mísma historia sin aún saber que terminarán envueltos en una bola de palabras falsas creadas por sus propias mentiras.
Si tan solo supiéran lo duro que es salír de este nido de palabras....
Es tan fácil herir a las personas tan solo con palabras y mentiras. Pero a la vez es tan difícil salir de estos malditos enredos en los que nos metemos solo por opinar acerca de algo.
Siénto innatos e incontrolables deseos de llorar hasta quemar todas mis mejillas, así gritando hasta quedárme sin voz en la mitad de la nada, y tirarme ahogada en el suelo duro y helado hasta desvanecer y caer en sueño profundo, para al fín poder volver a soñar.
Confianza... Es algo que me encantaría sentír hacia mí mísma, pero es que ni siquíera en mi mísma puedo confiar, pues mis sentimientos me traicionan haciéndo así que mis palabras confien en seres desconocidos.
Siénto absurdas ancias de volar hacia el cielo, escapando por las ventanas y las puertas que se me abren a diario, dándome la opción de escapar. Pero las sensaciones me amarran a un mundo de distíntas realidades.
Emociones y decisiones hacen que piense las cosas varias veces, y me duele dárme cuénta que así quiera escapar estoy absolutamente aferrada a la nada de un mundo real lleno de gente irreal. De palabras llenas de nada y vacias de todo, careciendo así de pensamientos y sentimíentos, y así haciéndo que el egocentrísmo nos abarque.
Ningún principio ningún final, simplemente un texto sin terminar...

jueves, 8 de noviembre de 2007

Nicotina y tal vez un poco de dolor (relatos de una noche)

Solo es un día normal, como todos los que hay

Me levanto de mi cama esperando algo nuevo que me pueda relajar.

Los sueños, las ideas y el amor se van mezclando lentamente, poco a poco, tal vez con un poco de dolor, tal vez hasta con placer y entonces enciendo un cigarrillo.

Entro al baño y me siento de espaladas contra la puerta a pensar.

Fumo y aspiro la nicotina una y otra vez.

Llega a mis pulmones y mis sentimientos se empiezan a manifestar.

Todo sale, poco a poco, lágrima traz lágrima.

Todos suponen que me encuentro bien, que no hay dolor alguno que me pueda afectar, pero se equivocan, hay una gran debilidad dentro de mí.

Finjo estar bien, al igual que mis tristes pensares, pues como muchos ya saben no me gusta que me vean llorar.

Lento dolor, lento placer.

Mis sueños se gastan y se acaban como el cigarrillo, volviéndose cenizas, simples cenizas que quedaran en el olvido.

Las palabras...Bahh ¿Palabras?

¿Qué palabras habrían de pronunciarse en la mitad de un estrecho baño empapado por mis lágrimas y por el humo del cigarrillo?

Un cigarrillo por la mitad, un alma devastada y una inundación de lagrimas a mi alrededor era lo único que había, un ambiente tan solitario como mi alma, un ambiente tan triste como mi ser.

Y el cigarrillo, mi único vicio acabándose poco a poco conmigo.

Sueños en un intento acabado, un suicidio jamás pensado.

Pero ¿Qué carajos estaba pensando? ¿Suicidio? Mas dolor, o tal vez una fácil solución.

Reí, y después lloré.

Una simple ironía.

De repente un eco vacío de palabras algo sordas inundó mi mente ahogando mis ideas.

Quizás me estaba volviendo loca, o quizá mi vida antes era tan perfecta que jamás tuve por que oírlas.

Ahora me estaba dando cuenta de las cosas y tal vez de la realidad.

Mi vida había dado una gran vuelta, y la "bola de cristal" donde antes me encontraba se había roto para siempre, dejándome sola en la mitad de el olvido, de la nada. En una absoluta oscuridad llena de miedos y de tristes realidades que jamás había visto.

¿Sería este el momento del comienzo de algo o del fin de todo?

Sentí el verdadero miedo por primera vez, sentí el odio del mundo, sentí la tristeza.

Cayendo la pava del cigarrillo sobre mi pantalón y quemando mi pierna, volví de mis mas profundos pensamientos reales sobre la realidad.

Me levante, limpié aquellas lagrimas y con fuerza me levanté.

Boté el cigarrillo, después abrí la puerta y decidí darle la cara a la realidad.

¿Ó es que acaso creía que me iba a quedar toda la vida en un baño encerrada hasta morir?

Fue aquí cuando descubrí el dolor, el amor y la nicotina.

Nicotina, mi vicio más triste.

Nicotina, mi sentimiento más profundo.

Nicotina, mi dolor más hermoso.

Y ¿Por qué no mezclar el vicio con el dolor?

Intentando soñar con jamás volver a soñar

Intento dormir para no ver mi triste realidad. Realidad aquella que me duele, que me agovia.

Las palabras no fluyen, y mis instintos no reaccionan. Me pregunto que pasa conmigo.

Despues de dejar todo y ver como las profesias de mis sueños se hacen reales, decido echar un vistazo a aquello que me observa desde lo lejos.

¿Qué querrán decirme aquellos pasos que me siguen?

Sigo caminando, andando. Como si el tiempo no existiera, como si los sueños desvanecieran, y así lo hacían, desvanecían, solos, en el tiempo que ya no existe, y en el pasado que puede ser el presente, por que ya no hay nocion del tiempo, ni de algún lugar.

De repente me doy cuenta que no hay nada, que no hay palabras, que no hay sueños, y con ellos se va el tiempo, tiempo que jamás existió, tiempo que ya se acabo sin ni siquiera haber comenzado.

Desvastado, me siento en un anden muy solitarion, lleno de nada, lleno de viento, de pensamientos vacios, excasos de sentido.

Me recuesto en el andén, y veo este cielo tan azul como mis ojos pero a la vez tan grís y nublado como lo que siento.

Y ahí, solo, en medio de la nada veo las palabras.

En una absurda sopa de letras, incoherentes palabras.

Cierro mis ojos, y cuento ovejas, pero no funciona.

No logro abandonar el mundo real para entrar en mi fantasía inmortal.

Abro los ojos, y veo como las aves vuelan.

Cierro mis ojos de nuevo y comienzo a imaginar.

Pero es mi segundo intento fallido.

Desesperado me levanto y miro a mi alrrededor, pero sigue igual que siempre, todo suspendido en el tiempo. El mismo vaso que arrastra el viento, al igual que mis sueños, y el anden solo, sin nada, sin nadie, solo conmigo.

Me vuelvo a recostar, intento no pensar, no sentir, no hablar.

Me concentro en mis sueños y empiezo a volar, intentando no volver nunca jamás.

Me desconecto de lo real, y se abre la puerta de lo irreal, de lo jamás mortal.

Atravezaba la puerta, pero derrepente todo se devolvio y volví en mi, un rayo cayó cerca de mí.

Ya va mi tercer intento fallido.

Empieza a llover, y yo me congelo, pues ya no habían posibilidades algunas de dormir, pero en cierto modo algo me alegraba, pues la lluvia me mojaba y me refrescaba.

Ya venía siendo de noche, y nada parecía cambiar, solola lluvia.

Ya no había por que temer, ya no había nada lo cual me pudiese hacer daño.

Mi oscura soledad, en medio de la nada me empezaba a gustar.

Una gran ola de sueño me agoviaba, solo trataba de evitarla por que la noche era para aprovecharla.

Pero el sueño me venció y la noche me durmió.

Entré al fin a aquel sitio, pero luego volví, y al abrir los ojos era de día otra vez.

Una misma monotonía, un mismo ser, yo.

Mis esperanzas estaban absolutamente destruidas, y ahora venía mas monotonía.

Todo estaba empapado, incluyendome a mi, mi pelo, y mis prendas.

Estaba llena de barro, y con una tos suave como mis alientos.

Me levante y camniné por ahi. La calle seguía sola y abandonada, y yo, en la mitad de nada.

Noche y día fueron pasando, y ahora mi cuerpo estaba debil, ya no podia levantarlo de el sitio donde pude sentarme por ultima vez.

Ahora si que deseaba volver a estar bien.

Deseaba volver a ver el cielo como lo hice alguna vez.

Pero ahora a tarde era, y mis sueños se habían convertido en realidad.

¿Porqué había deseado morir alguna vez si ahora estaba muriendo por volver a vivir?

Mis sueños mas profundos se hicieron realidad y ahora al fín se cumpliria mi sueño mas profundo. Soñar para siempre, un simple sueño inmortal, eterno, pues jamás acabará.

Y solo en la mitad de el anden, desvanecí, hasta caer en mi sueño mas prufundo, para soñar sin tener que volver a respirar.


Silencio (Inmensidad inversa II)

Ausente...
Simple ausencia, ausencia dentro de su alma, dentro de su corazon gemía Katrinne.
¿Qué había sucedido? ¿Acaso había sido todo un sueño?
Todo desapareció como por arte de magia, y ¿ahora quién le creería?
Nadie sabía de sus visitas clandestinas, pues no le había contado a nadie, y si llegaba a decir algo probablemente la tratarían de loca.
Katrinne se sienta en el piso desconosolada y llora. Después se levanta y entra a la habitación donde alguna vez se encntraron sus amigos que carecian de alma.
Echa un suspiro, y ya no habiendo luz ilumina con su linterna las paredes y la esquina donde estaba aquel mortal que ya había muerto.
Silencio, solo eso sentía fuera y dentro de ella, de no ser por las goteras que habían, las cuales hacían que un sonido suve y agudo le intimidaran inconscientemente.
Se sentó a llorar entre los pequeños rayos de luz que se filtraban por las tablas, apgó su linterna y se echó a llorar.
¿Dónde esta mi amado? Se preguntaba gritando, como si alguien fuese a responder. Solo el eco que se burlaba de ella repitiendo sus mísmas palabras le respondía, haciéndola sentír más miserable de lo que ya se sentía.
Katrinne decide retirarse y huír, sin siquiera ser consciente de que está haciendo, mas sinembargo, corre y corre. Baja las escaleras del edificio agitada y con la cara empapada de lágrimas. Su hermoso pelo castaño se mueve al tiempo con el viento, haciendo que se vea aun mas hermosa de lo que es.
Se detiene en un lugar fatigada, casi muriendo ahogada y se tira al piso ya derrotada.
La gente la mira, pero a ella no le importa, se levanta y evita cruzar su mirada con todos aquellos que la miran aterrados. Se va a su casa tan triste como molesta.
Llega a su casa, casi sin alma, pues todo lo perdió en el camino.
Toma su camara e intenta mirar las fotos que hay en ella, mas sinembargo solo puede ver horribles asecinatos llenos de sangre, cuerpos absolutamente destrozados y paredes llenas de hediondas marcas.
Todo se había perdido, ¿acaso era el mísmo lugar donde ella había gastado sus horas enamorándose?
Todo le causaba escalofrios, pues no era lo mísmo que ella había vivido.
¿Dónde estaban todos esos hermosos seres?
¿Dónde estaba el cuerpo del que ella se había enamorado?

Iba caminando Katrinne por la calle después de varios días. Caminaba, pensaba, ideaba.
Ausente, como el día en que murió su alma, viviendo como cualquiér ser humano existente en este mundo.
Katrinne caminaba sola, nadie la determinaba. Sus manos en los bolsillos, con la mirada en el piso y los pies descalzos. Un cuerpo desnudo con ropa, algo dificil de imaginar e imposible de descifrar...

Sueños, palabras, pesares y rituales.
Confundiendo realidad con sueños y sueños con realidad, ausencia, y presencia, todo a la vez.
Imagenes borrosas, y sueños que se convierten en realidad al igual que la realidad se convierte en sueños.
Ya Katrinne no sabía diferenciar la realidad y los sueños, mezclaba felicidad con amargura, repentinas reacciones de dolor apacible.

¿Tiempo?

Para Katrinne el tiempo no existe pues no sabe si es parte del pasado o del presente....

Katrinne desapareció con el tiempo, huyó con los minutos y abandonó la realidad, pués prefirió vivir en su mundo irreal, en su mundo de mentiras.
Prefirió saltar en los segundos y dormir en las horas.
Quiso jugar a las escondidas con el pasado y se perdió en un mundo de maravillas que está en el presente.
Quien se pregunte dónde esta Katrinne debe ir a buscarla, pues después de una noche de llanto inapacible, decidió saltar por la ventana de su habitación que se hallaba ubicada en el piso 19 de un edificio en la calle 91. Nadie encontró su cuerpo, de hecho nadie sabe que sucedió, solo yo se por que soy quien lo narra y por que soy yo el que la vió.
Despuès de unos dias que dejó de visitar mi cuerpo loca se volvió, y al saltar por la ventana el tiempo se la tragó.

Fake, fake, fake!!!

¿Es acaso miedo esto que siento?

¿Pero miedo a qué? ¿Quizá a la soledad?

Me sofoca el sabor a sangre dentro de mi boca.

A veces intento no pensar para no analizar, pero es imposible dejar de pensar cuando todo a mí alrededor está ocupado con algo importante que a simple vista, no tiene nada que ver conmigo.

Es increíble como todo estando tan cerca nos ignora, y mas aún cuando hay tanto por decir.

Es increíble como el olvido llega tan rápido a las mentes de los seres humanos, y aun más increíble es como las personas llegan a sufrir tanto después de tal indiferencia a aquel pasado que nos marca de por vida.

Es que después de tantos momentos, simplemente todo acaba, se esfuma como por arte de magia, y cuando el tiempo marca segundos, los recuerdos se van yendo con estos segundos que hacen que nos alejemos mas.

Cada segundo que pasa va quemando todo los recuerdos hasta dejar las cenizas en nuestras mentes, y cuando el viento sopla hace que estas cenizas se revuelvan, para así recordar lo que hubo en el pasado y entonces causarnos más miedo, más tristeza, más melancolía, mas dolor.

¿Cómo es posible que creamos tantas mentiras? Es absurdo imaginar tantas hermosas cosas que nos dicen, y después darnos cuenta que todo aquello que fueron promesas se convirtieron en monstruosas mentiras.

Fantasía, es simple fantasía, irrealidad, mezclada quizá con un poco de realidad añadida a un montón de ideas que atacan nuestros pensamientos con un bombardeo de preguntas no tan lógicas, y que aun así no lo sean, pareciese que así fuera.

Me divierte ver como todo se repite una y otra vez con diferentes personas, ver como podemos ser de predecibles, como nos equivocamos una y otra vez, y aún así no nos damos cuenta de lo patéticos que somos.

Simples humanos despreciables manejados por sentimientos de inseguridad y amor, simples perturbantes ojos a nuestro alrededor observando detenidamente como nos comportamos, o simples ojos que a la larga ni notan nuestra presencia.

Ojos humanos siempre dispuestos a criticar y a herir, simplemente con una mirada, e incluso con palabras, y aun así nos hacen daño las miradas de otros, nos hacen daño las palabras de otros.

También es difícil comprender como un ser humano puede cambiar de parecer de un momento a otro sin un previo aviso, maldita mente humana, maldita mente crítica con la que estamos acostumbrados a vivir.

¡Ay!, tantos temores, tanto rencor, tanto odio, y aun así amamos, nos enamoramos, llamamos a otros seres humanos amigos, nos abrazamos, nos besamos y hablamos.

Buscamos en estas personas lealtad, aprecio, confianza, compromiso, justicia y que no nos juzguen, pero al final de todo, todo se acaba, nada de eso es posible, por que todos terminaremos haciendo lo mismo, juzgando, criticando y hablando a espaldas de todos.

Prefiero no pelear entonces, solo queda alejarme y quedarme entonces en aquellos recuerdos que ahora son cenizas, y que solo se revuelven cuando el viento sopla, por eso no soy parte de un presente ni de un pasado, y mucho menos del pasado o el presente de una persona, por que para ellos me voy quedando con el tiempo, con los pensamientos pasados, hasta que se borran del todo, hasta que vuelan a otro lugar donde quizá estarán mejor.

No busco salidas, quizá solo respuestas a varias preguntas, pero mi salida no es escapar, solo dejar que avancen y yo avanzar por aparte, ser solo un recuerdo y no una molestia.

Opté por olvidar que existo para las personas cuando por medio de actitudes me hacen saber que es así.

Muchos sueños se han roto al igual que muchas esperanzas, ahora solo espero que mis sentidos me ayuden a levantarme de nuevo de una de aquellas crisis que tanto daño me hacen pero que a la vez me hacen crecer cada vez más. Entonces es eso a lo que yo llamo verdadero olvido, abandono total, mentiras y promesas que un ser humano jamás va cumplir, ofensas que causan dolor, y miradas que causan temor.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Inmensidad inversa

Como ya lo he dicho antes soy un simple ser humano capaz de hablar, pensar, idear y demás, pero no tengo el derecho suficiente como para juzgar, por que aunque lo puedo hacer, sé que no está bien.
Comprendo la gravedad de una situación y entiendo que a veces no tengo la solución a tantos problemas que existen en mi mundo irreal.
Tantas palabras y tantas fantasías me vuelven loca, tantas ideas cruzándose por mi cabeza me confunden y al final no termino sabiendo de que estoy hablando.
Evito demostrar aunque siempre termino haciéndolo, y como cualquier persona existente en este mundo cometo errores.
Sin embargo, a veces mi mente idea millones de historietas las cuales quisiera dibujar, pero por cuestiones de talento, no fui bien dotada con respecto a la pintura, y mas bien se podría decir, que soy pésima cuando de dibujar se trata, pues aunque en mi mente las dimensiones sean claras, en el momento de pasarlo al papel, todo se convierte en alguna mancha en medio de una hoja, una mancha, algo ahí, estorbando en medio de la nada.
Intento no dañar a nadie con mis palabras y con mis acciones, y al final termino hiriéndome yo misma por tratar de salvar a los demás. Es increíble como una persona se hiere tanto, simplemente por hacer que alguien se sienta mejor.
Cada vez que pienso en algo o en alguien recuerdo historias, historias del pasado que alguna vez me supieron herir y de las cuales ahora solo quedan las cenizas, entonces siempre que recuerdo algunas cosas que sucedieron, procuro advertir a los demás para que no cometan mis mismos errores, pero al final todo es nulo, pues las personas cegadas a veces por el amor, o quizá por otras razones que prefiero en este momento no decir, terminan haciendo todo lo que les he advertido que no deben hacer, y viviendo todas las consecuencias que algún día les nombre, solo por pura casualidad.
Siento la intuición de los inmensos ojos de la gente mientras les hablo, mientras cuento anécdotas, cuando se sientan a mi alrededor esperando por alguna de mis "fantásticas" historias, incluso a veces esperando el clímax de algo que ya terminó, y cuando me refiero a esto, me refiero a cuando termino de contar algo y la gente cree que aún sigue, pero al darse cuenta que todo ha acabado las expectativas se van al suelo, hay grandes silencios de por medio, donde imagino lo que pasa por cada cabeza, y luego de algunos minutos la gente lo olvida y se introduce en algún otro tema que les causa alguna curiosidad, o que al menos tiene un clímax.
Soy una persona que analiza a otras personas sin que estas lo noten. Soy de esas personas que se sienta horas enteras a ver como actúa la gente, a escribir sobre estas y a idear historias basadas en comportamientos que tienen las personas. Me gusta ver la forma de caminar de las personas, la forma en la que respiran, la forma en que hablan, como caminan, como utilizan sus manos al caminar, al hablar, el movimiento de sus labios, el movimiento de sus párpados y muchas otras cosas que quizá mas adelante nombraré.
Muchas historias gracias a muchas actitudes, ¿qué haría yo sin otros seres humanos a mí alrededor?
Es innegable que me quejo mucho de otro seres humanos, y que me molestan mucho algunas... O bueno mejor, muchas actitudes de los seres humanos que me rodean, y supongo que a ellos muchas de las mías, y no los cuestiono, pues al fin y al cabo están en todo su derecho de preguntarse a sí mismos que hace un ser humano como yo aquí en la tierra.No me creo rara, ni bizarra ni sobre natural, supongo que soy un ser humano casi normal que tiene facilidad para expresar sus ideas o que se yo, pero lo raro de todo esto es como la gente llega a mal interpretar mi manera de ser solo cuando me han visto una vez.
Recuerdo que hace algunos, días, semanas, meses, años, que sé yo, iba yo caminando por la calle cuando de repente una madre tiró de la mano de su hijo para alejarlo de mí. No puedo negar que me dio mucha rabia haber visto eso, mas sin embargo comprendo un poco, pues la mente en general de el país donde vivo a diario es absolutamente cerrada y Muchas de las personas que leen esto o que quizá me oyen hablar puede que se pregunten: ¿Por qué ella si puede analizar a la gente y los demás no la pueden analizar a ella?
Yo no he dicho que no me puedan analizar, simplemente yo analizo y no juzgo, mientras que la mayoría de las personas están acostumbradas a juzgar a simple vista, no les interesa conocer, y es un punto de vista totalmente respetable, pero no lo comparto.
No quiero parecer la reina del drama ni mucho menos, no quiero parecer una víctima mas de mi propio invento, y quizá muchas personas no entiendan a donde voy con esto, pues ya lo entenderán, por que aquí comienza la historia, o bueno no la historia, de hecho no se si exista, pero contaré "una historia", "anécdota" o como lo quieran llamar.

La podredumbre se notaba al rededor en las rocas y en las paredes, el amarillo de la humedad se podía notar en las paredes blancas, y el color verdoso del moho se podía ver y olfatear.
Una habitación helada, con muchas historias atrás por contar pero sin alguien que las contara, finales sin resolver y crímenes, los crímenes mas frívolos y extraños que alguien hubiese podido imaginar.
Las matanzas mas sangrientas, el olor a cadáver era tan fuerte, que casi nadie podía entrar al salón, casi ni los médicos forenses.
¿Quién había muerto ahí? Eso era un gran enigma, se sabía que había sido mas de una persona, pues por cosas de un destino incierto, los cuerpos jamás se dejaron retirar. Ningún ser humano pudo descifrar quien había sido el asesino o los asesinos, pues ninguno dejó una pista, ó al menos no sé encontró.
Lo mas raro del asunto era que los cuerpos nunca se pudrieron, seguían intactos, pero el olor que expiraba cada uno de ellos era tan asqueroso, que todo el edificio se había fundido de ese asqueroso olor.
Hacía mas de veinte años que todo eso había sucedido, y alrededor de los mismos años el edificio había sido deshabitado.
Solo una persona logró llegar un poco mas allá de la puerta de la habitación donde estaban estos plácidos cuerpos en diferentes posiciones, formando figuras que solo el que los había matado sabía que significado tenían.
Esa persona que logró llegar un poco mas allá de la puerta fue Katrinne Northman, una mujer hermosa estudiante de medicina forense. Cuando llegó hasta donde llegó tomo tres fotos, hasta que no pudo más y al devolverse vomitó.
Las fotos después de unos días fueron reveladas y por eso se puede contar lo que ahora estoy contando.
Los diarios han inventado millones de historias, han habido muchísimas hipótesis de lo que sucedió pero hasta hoy nadie ha sabido que sucede.
Algunos años después cuando el asunto fué olvidado por todos, Katrinne Northman decidió visitar el lugar de nuevo. Se podía acceder con facilidad pues no había ningun guardia cuidando el edificio, no había nada que robar, eran solo ruinas.... Y los cuerpos sin vida.
Cuando Katrinne llegó, encontró todo como lo había encontrado la vez pasada. Eran alrededor de las 5:00pm y a penas se filtraban pequeños rayos de luz por entre las paredes y tablas que habían en los techos.
Cuando llegó a las escaleras que estaban ubicadas al lado del ascensor, preparada y con la valentía que jamás había tenido, se disponía a subir hasta el piso 19, donde se encontraban los cuerpos.
¿Por que 19 y no 20? ¿Qué había en esa habitación antes de los homicidios?
Esas fueron las dos preguntas que se había hecho Katrinne antes de subir su pié al primer escalón.
Cuando ya había elevado su pié para ponerlo en el primer escalón, el ascensor que había estado dañado desde que el edificio había sido abandonado, ósus puertas, dándole la bienvenida para que entrara en el.
Katrinne sorprendida y un poco asustada entró en el ascensor sin importar lo que le pudiera pasar estando dentro de él, cada piso que pasaba era mas eterno, y cada vez el olor era mas fuerte.
Katrinne iba ya en el piso dieciocho cuando el ascensor se detuvo. Katrinne excitada pero a la vez muy asustada se prende de una de las esquinas de el ascensor.
Después de unos minutos la luz se apaga y las puertas del ascensor se abren, haciendo que Katrinne pegue un salto fuera de el ascensor y quede en las tinieblas del el piso 18 con el pútrido olor de los cadáveres.
Katrinne tenía algunas cosas, que podrían ser útiles en caso tal de poder entrar en la habitación donde descansaban estos pútridos cuerpos sin vida, pero tan hermosos como cuando murieron.
Katrinne llevaba una pequeña linterna, la cuál le había servido mucho mientras hizo sus prácticas en los primeros meses de su carrera. La encendió e iluminó el piso, y observando detenidamente en que lugar pondría su pié para no dar un paso en vano y caerse, pues no sabía en que porquería podría caer.
Después de mucho caminar, logró encontrar las escaleras hacia el siguiente piso. Tenía mucho miedo, pero ya había llegado muy lejos como para devolverse.
Mientras subía cada escalón el olor se hacía mas fuerte, así que entre sus instrumentos llevaba un paño y un poco de alcohol.
Puso el alcohol en su paño y lo puso en su nariz mientras iba subiendo. El alcohol impedía que el olor se hiciera mas fuerte.
Con ayuda de su linterna y de sus recuerdos llegó a un corredor el cual le parecía muy familiar, entonces supuso que ya había llegado al piso 19, caminó hasta el final de este, siguiendo una luz que provenía al parecer de la puerta de la habitación donde se encontraban los cuerpos.
Caminó, y el olor a traves del pañuelo fue incrementando.
Katrinne logró entrar a la habitación entonces, la única habitación donde existía una luz, la cual no se sabía de donde provenía, y allí estaban todos esos hermosos seres casi perfectos con sus ojos cerrados descansando pero no probablemente en paz.
Katrinne suelta su pañuelo sin darse cuenta, y se queda petrificada ante semejante belleza tan inmensa.
Después de unos minutos vuelve a la realidad notando que ha estado respirando varios minutos sin el pañuelo, entonces se da cuenta que ya no huele mal.
Se acerca a cada uno de los cadáveres admirando la belleza de estos, sin temer pues no era la primera vez que hacía lo que estaba dispuesta a hacer.
Maravillada por la belleza de estos, antes de hacer cualquier estudio observó cada uno de pies a cabeza mientras se ponía sus guantes.
Después de terminar de observarlos, notando la delicadeza, la suavidad de estos, y lo Todos estaban desnudos, y sus cuerpos eran perfectos. Pieles tan suaves y lozanas, lampiñas y heladas como un témpano de hielo.
Más adelante acarició sus pieles con los guantes, uno por uno, como si tuviera pesar de eso que les sucedió, como si supiera que no había sido momento de morir.
Los contó, en total eran diez y ocho. Ocho mujeres y diez hombres.
Con su cuchilla cortó las pieles, pero se dio cuenta que sería difícil llevar a cabo un estudio, pues la sangre ya era como de cristal, no estaba fresca. Algunos minutos después de haber hecho el primer corte en el primer cuerpo, de este salió un delicioso olor a orquídeas, y mientras fue haciendo cortes en los otros cuerpos también salieron deliciosos aromas diferentes, que al final formaron un delicioso olor floral en el ambiente.
Tomó varias fotos de mas, y olió a cada uno por separado, ya había cogido confianza, ya se había familiarizado con los cadáveres.
Habiendo ya terminado Katrinne iba ya de salida, cuando depronto vió un brillo que le llamó la atención en una de la esquinas de el gigante salón, dejando todo entonces en la entrada de la habitación se acercó al lugar de donde provenía el brillo.
Al acercarse se dió cuenta que era otro cuerpo, y que el brillo porvenía de un hermoso medallón de oro que colgaba del cuello de este.
Katrinne dirigió sus ojos hacia la cara de este cadaver, era el mas hermoso de todos, el mas suave, el mas blanco, el que mas rico olía, el que mas frío estaba.
Lo acarició sin tener los guantes puestos, sintió como un corrientazo le atravezó todo el cuerpo y por primera vez experimentó una sensación de miedo mezclada con gusto.
Retiró su mano de inmediato por reacción y la volvió a posar sobre su piel, acariciandola, sintiendo como el frío que provenía de este cadaver tambien le carcomía la mano. Acarició su mano, y toco su pelo como si fuera cualquiér ser humano.
Posó su dedo índice sobre los labios del cadaber y se la acaricio. Estaba suave como la de un ser humano con vida.
Katrinne consternada derramó varias lágrimas sobre el cuerpo, haciendo que este después de mucho tiempo tocara algo proviniente de un ser vivo.
Tuvo una sensación que no tuvo con ningun otro de los cadaveres. Entonces lloró, y salió corriendo tomando sus cosas y encendiendo la linterna rápido sin aún saber que le sucedía.
Bajó rápido las escaleras sin importar si era o no el camino y finalmente salió del edificio siendo casi las 8:00pm. Un hombre que pasaba por ahí viendo como salió de allí le preguntó si se encontraba bien, pero Katrinne no tuvo manera de responderle, pues intentó hablar, pero ni una plabra salió, y lo único que pudo hacer fué correr.
Pasó una semana después, y quiso entonces volver, se repitió de nuevo todo, al parecer el ascensor solo subía hasta el piso 18, de ahí en adelante tocaba subir por escaleras.
La puerta la esperaba de nuevo entre abierta, todo igual de intácto, igual de limpio, el mismo hermoso olor que la habia acogido la última vez que había ido.
Se acercó de nuevo a todos en forma de saludo y les tocó a todos las manos, y al fín llegó de nuevo a aquella esquina.
A penas vió a ese hermoso cuerpo sin alma, su alma intentó salirse de su cuerpo por medio de un suspiro, haciendo que por un momento olvidara que era un ser vivo.
Acarició de nuevo su cara, y sus labios, acerco su nariz para olerlo, acarició su pelo castaño y hondulado, haciendo que un olor se expandiera por medio de la habitación, un olor tan hermoso, tan suave, tan puro...
Lo acarició desde que llegó hasta que tuvo sueño y casi que moría del cansancio, así que cansada y un poco melancolica se despidió de todos tocando sus heladas manos, imaginando que le responderían acariciandole también la mano.
Varias semanas pasaron y esto se repetía constantemente, pues había algo que la hacía creer que debía descubrir algo, pues ella había sido a la única a la que habían dejado entrar en su crepúsculo.
Una noche Katrinne decidió visitar de nuevo la habitación, subió de nuevo, y entró a la habitación, saludo rápido y fue de nuevo a la esquina cada día que lo veía creía que era el cadaver mas hermoso que había visto alguna vez. Katrinne se acerco y lo olió como siempre, luego consintió su cara, y acarició sus mejillas, lo olió de nuevo y beso una de sus mejillas, sintiendo el frío y la suavidad de esta.
Después tomó su mano y besó los labios de este, acariciando al mísmo tiempo su pecho.
Katrinne sentía cosas que jamás había sentido por un ser, ni humano ni no humano.
Katrinne continuó besandolo, besando su mejilla y luego bajando por su cuello, bajó hasta su pecho y luego tomó un pequeñp presente que le había llevado. Una hermosa rosa roja, llena de vida.
Sabiendo que era tarde, Katrinne acarició el rostro de su amado con la rosa y puso las manos de su amado sobre la rosa que ella mísma también había colocado en su pecho.
Triste por tener que marcharse, se despidió de él con un beso en la cosa y de los otros con una caricia en la mano como lo solía hacer.
Volvió a su casa y soñó con su amado ser sin vida.
Al otro día en la mañana Katrinne decidió regresar, llevó el mismo procedimiento y al llegar encontró a su amado tal como lo había dejado el día anterior, sonrió y saludó a todos con un beso en la mano. Cuando llegó a donde estaba su amado le besó la boca y estuvo ahí acariciandolo un rato hasta que sintió hambre y tuvo que irse.
Le prometió a su amado que al siguiente día regresaría, lo besó, besó a los otros 18, y se marchó con la esperanza de amanecer viva al otro día para poder visitarlos.
Al día siguiente el ascensor no se abrió, así que decidió subir por las escaleras, se sentía un ambiente pesado, se sentía un olor turbio. Cuando llegó al corredor no estaba la luz al otro lado de la habitación y la puerta ya no estaba entre abierta, ahora estaba toda abierta y con la luz apagada, así que decidió entrar y...