jueves, 8 de noviembre de 2007

Nicotina y tal vez un poco de dolor (relatos de una noche)

Solo es un día normal, como todos los que hay

Me levanto de mi cama esperando algo nuevo que me pueda relajar.

Los sueños, las ideas y el amor se van mezclando lentamente, poco a poco, tal vez con un poco de dolor, tal vez hasta con placer y entonces enciendo un cigarrillo.

Entro al baño y me siento de espaladas contra la puerta a pensar.

Fumo y aspiro la nicotina una y otra vez.

Llega a mis pulmones y mis sentimientos se empiezan a manifestar.

Todo sale, poco a poco, lágrima traz lágrima.

Todos suponen que me encuentro bien, que no hay dolor alguno que me pueda afectar, pero se equivocan, hay una gran debilidad dentro de mí.

Finjo estar bien, al igual que mis tristes pensares, pues como muchos ya saben no me gusta que me vean llorar.

Lento dolor, lento placer.

Mis sueños se gastan y se acaban como el cigarrillo, volviéndose cenizas, simples cenizas que quedaran en el olvido.

Las palabras...Bahh ¿Palabras?

¿Qué palabras habrían de pronunciarse en la mitad de un estrecho baño empapado por mis lágrimas y por el humo del cigarrillo?

Un cigarrillo por la mitad, un alma devastada y una inundación de lagrimas a mi alrededor era lo único que había, un ambiente tan solitario como mi alma, un ambiente tan triste como mi ser.

Y el cigarrillo, mi único vicio acabándose poco a poco conmigo.

Sueños en un intento acabado, un suicidio jamás pensado.

Pero ¿Qué carajos estaba pensando? ¿Suicidio? Mas dolor, o tal vez una fácil solución.

Reí, y después lloré.

Una simple ironía.

De repente un eco vacío de palabras algo sordas inundó mi mente ahogando mis ideas.

Quizás me estaba volviendo loca, o quizá mi vida antes era tan perfecta que jamás tuve por que oírlas.

Ahora me estaba dando cuenta de las cosas y tal vez de la realidad.

Mi vida había dado una gran vuelta, y la "bola de cristal" donde antes me encontraba se había roto para siempre, dejándome sola en la mitad de el olvido, de la nada. En una absoluta oscuridad llena de miedos y de tristes realidades que jamás había visto.

¿Sería este el momento del comienzo de algo o del fin de todo?

Sentí el verdadero miedo por primera vez, sentí el odio del mundo, sentí la tristeza.

Cayendo la pava del cigarrillo sobre mi pantalón y quemando mi pierna, volví de mis mas profundos pensamientos reales sobre la realidad.

Me levante, limpié aquellas lagrimas y con fuerza me levanté.

Boté el cigarrillo, después abrí la puerta y decidí darle la cara a la realidad.

¿Ó es que acaso creía que me iba a quedar toda la vida en un baño encerrada hasta morir?

Fue aquí cuando descubrí el dolor, el amor y la nicotina.

Nicotina, mi vicio más triste.

Nicotina, mi sentimiento más profundo.

Nicotina, mi dolor más hermoso.

Y ¿Por qué no mezclar el vicio con el dolor?

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