jueves, 8 de noviembre de 2007

Silencio (Inmensidad inversa II)

Ausente...
Simple ausencia, ausencia dentro de su alma, dentro de su corazon gemía Katrinne.
¿Qué había sucedido? ¿Acaso había sido todo un sueño?
Todo desapareció como por arte de magia, y ¿ahora quién le creería?
Nadie sabía de sus visitas clandestinas, pues no le había contado a nadie, y si llegaba a decir algo probablemente la tratarían de loca.
Katrinne se sienta en el piso desconosolada y llora. Después se levanta y entra a la habitación donde alguna vez se encntraron sus amigos que carecian de alma.
Echa un suspiro, y ya no habiendo luz ilumina con su linterna las paredes y la esquina donde estaba aquel mortal que ya había muerto.
Silencio, solo eso sentía fuera y dentro de ella, de no ser por las goteras que habían, las cuales hacían que un sonido suve y agudo le intimidaran inconscientemente.
Se sentó a llorar entre los pequeños rayos de luz que se filtraban por las tablas, apgó su linterna y se echó a llorar.
¿Dónde esta mi amado? Se preguntaba gritando, como si alguien fuese a responder. Solo el eco que se burlaba de ella repitiendo sus mísmas palabras le respondía, haciéndola sentír más miserable de lo que ya se sentía.
Katrinne decide retirarse y huír, sin siquiera ser consciente de que está haciendo, mas sinembargo, corre y corre. Baja las escaleras del edificio agitada y con la cara empapada de lágrimas. Su hermoso pelo castaño se mueve al tiempo con el viento, haciendo que se vea aun mas hermosa de lo que es.
Se detiene en un lugar fatigada, casi muriendo ahogada y se tira al piso ya derrotada.
La gente la mira, pero a ella no le importa, se levanta y evita cruzar su mirada con todos aquellos que la miran aterrados. Se va a su casa tan triste como molesta.
Llega a su casa, casi sin alma, pues todo lo perdió en el camino.
Toma su camara e intenta mirar las fotos que hay en ella, mas sinembargo solo puede ver horribles asecinatos llenos de sangre, cuerpos absolutamente destrozados y paredes llenas de hediondas marcas.
Todo se había perdido, ¿acaso era el mísmo lugar donde ella había gastado sus horas enamorándose?
Todo le causaba escalofrios, pues no era lo mísmo que ella había vivido.
¿Dónde estaban todos esos hermosos seres?
¿Dónde estaba el cuerpo del que ella se había enamorado?

Iba caminando Katrinne por la calle después de varios días. Caminaba, pensaba, ideaba.
Ausente, como el día en que murió su alma, viviendo como cualquiér ser humano existente en este mundo.
Katrinne caminaba sola, nadie la determinaba. Sus manos en los bolsillos, con la mirada en el piso y los pies descalzos. Un cuerpo desnudo con ropa, algo dificil de imaginar e imposible de descifrar...

Sueños, palabras, pesares y rituales.
Confundiendo realidad con sueños y sueños con realidad, ausencia, y presencia, todo a la vez.
Imagenes borrosas, y sueños que se convierten en realidad al igual que la realidad se convierte en sueños.
Ya Katrinne no sabía diferenciar la realidad y los sueños, mezclaba felicidad con amargura, repentinas reacciones de dolor apacible.

¿Tiempo?

Para Katrinne el tiempo no existe pues no sabe si es parte del pasado o del presente....

Katrinne desapareció con el tiempo, huyó con los minutos y abandonó la realidad, pués prefirió vivir en su mundo irreal, en su mundo de mentiras.
Prefirió saltar en los segundos y dormir en las horas.
Quiso jugar a las escondidas con el pasado y se perdió en un mundo de maravillas que está en el presente.
Quien se pregunte dónde esta Katrinne debe ir a buscarla, pues después de una noche de llanto inapacible, decidió saltar por la ventana de su habitación que se hallaba ubicada en el piso 19 de un edificio en la calle 91. Nadie encontró su cuerpo, de hecho nadie sabe que sucedió, solo yo se por que soy quien lo narra y por que soy yo el que la vió.
Despuès de unos dias que dejó de visitar mi cuerpo loca se volvió, y al saltar por la ventana el tiempo se la tragó.

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