domingo, 21 de noviembre de 2010

+Malditos domingos+

¿Por qué tanta sal? ¿Por qué tanto dedos metiéndose en la llaga? No necesito instantes ni palabras, no necesito agua porque no tengo sed. No necesito sutilidad ni nada parecido, mucho menos una mano que me ayude a levantarme porque no he caído del todo al piso. No más.
Me cansé de tantas preguntas, me cansé de tantos interrogativos, me cansé, simplemente me cansé de pretender sin obtener, me cansé de divulgar, de confiar, de tirarle corriente a ciertas cosas que han dejado de importarme. ¿Acaso me iba a quedar ahí toda la vida? Llegué a pensarlo, es cierto, pero en realidad fue más sutil de lo que me imaginé. Ya todo tiene un poco más de forma, todo parece tener algo de sentido.
Dejé de disfrutar los minutos, se volvían tortuosos, incluso denigrantes. ¿Por qué tanta basura? Tanta presión me sofocó, me desenfrenó y desató caudales sin rumbo fijo que se llevaban todo aquello que tenían a su paso. Terminó por ahogar todo aquello que respiraba, todo aquello que tenía vida y se convirtió en un panorama desastroso, algo bastante frío y carente de vida.
Me cansé de los muchos, me cansé de lo pronunciable pero poco aplicable, me aburrí de los sarcasmos y de las tantas maneras que me inventé para sonreír cuando me estaba desarmando por dentro. Me cansé de acercarme a aquellos que de cierta manera necesitaban un poco de la luz que yo poseía, porque de cierta manera muchos me quitaron toda la que tenía y me dejaron en la penumbra. Simplemente me cansé de tanto por tan poco o quizás por nada.
Estoy al borde del escape, al borde de mandar todo al carajo y darme un respiro, de simplemente volar un rato lejos de acá sin que nada me pese sobre la espalda, sin que nada me rasgue la piel ni abra las heridas que tanto me arden. ¿Por qué no encontrar la excusa perfecta? ¿Por qué todo se queda tan sólo en planes? No quiero más cargas, no quiero pensar tanto, no quiero...
Buscar entre las ramas una idea, una maldita idea lógica y coherente sería fabuloso, sería algo no tan descabellado, pero ¿cómo empezar? ¿Desde dónde empezar? La diferencia se marca, es claro y para eso no hay que esforzarse, es simplemente necesario ser quien se ha sido siempre sin sonrisas falsas, sin tanta habladuría, a veces se convierte en un vicio eso de querer hacerse pasar por "fuerte" cuando uno bien sabe que la coraza de piedra nunca ha estado ahí.
(...)
Uno, dos, tres, "mira hacia adentro y relájate." ¡Ja! patético, qué tan fácil es decirlo. Tanto aire me oxigena para llenarme incluso de más rabia. Malditos sean los domingos, maldito sea el sentimiento de impotencia. Tantas canciones, tantas letras que se acomodan, tanta inspiración y no saber por donde comenzar, no saber qué más decir porque a veces puede que sobren las palabras, pero no quiero saber si sobran o no, porque esta vez no pienso callarme, no pienso ahogarme en letras ni en palabras, tampoco pienso llorar sobre canciones, esta vez no.
Busco un camino entre rocas, entre las piedras que dejé a medida que iba buscando un camino. No pretendo un retroceso, no necesito volver al pasado, es ridículo pensar en eso, jamás volvería a mi pasado, jamás olvidaría lo que he aprendido porque aunque me joda, aunque me sepa a lo que sea que me sabe, debo aceptarlo, no quiero ser lo que fui ayer, no quiero nada pero anhelo todo.
Había días de días, habían noches hermosas, hubo alguna vez algún tipo de magia que depronto no existió más, depronto no quiso existir más y se desvaneció. Pensé millones de veces en mis carencias, en las carencias de todos aquellos que me rodeaban, no eran muy diferentes a lo que se acostumbra. A veces detesto ser tan existencial, a veces me gustaría dejar de imaginar, de pensar, a veces me gustaría arrancarme los dedos para no tener que regurgitar las palabras que me intoxican. A veces quisiera sellar mi boca para evitar que mis palabras hablasen por sí solas y que gritasen tantas incoherencias que de fondo traen algo que pocos logran entender a la hora de articular cada letra.
¿Qué hay de trasfondo? ¿Qué hay más allá de un simple grito inaudible? Hay más, hay muchísimo más, no es sólo bazofia. No es sólo cuestión de hablar sin sentido alguno, realmente es un hecho detestable. ¿Por qué a veces no puedo quedarme callada y tragarme lo que siento? ¿Por qué esa maldita maña de ir diciendo cuanto se me atraviesa por la mente? Malditos impulsos...
Adiós, adiós, maldito domingo, vete lejos de mi.

3 comentarios:

Noelia Palma dijo...

no sabes cuanto te entiendo...
me gusta la forma en q expresas!

Förster Agatha dijo...

En realidad a veces es el único modo de escape que tengo.
Un saludo y muchas gracias por tomarte el trabajo de leerlo :)

Anónimo dijo...

¡Oh por Dios! Encuentro magníficos tus escritos (especialmente este), tal vez, magnífico no es la palabra correcta, quizá, resulta infima para tan sublimes textos.
Me resulta inefable expresar la sensaciones que causan en mí el leerlos. ^^