domingo, 28 de marzo de 2010

+Tres grados bajo cero+

A tres grados bajo cero me encuentro reviviendo historias, enmarcando palabras, pasados ciegos que se aferraron a mi alma como anzuelos y que por más que intente de arrancar me hacen sangrar una y otra vez. A veces preferiría que cicatrizaran tan hondas heridas con aquellos anzuelos adentro en vez de tratar de eliminar todo aquello que me corroe internamente.
Las canciones me recuerdan lugares, personas, deseos y sueños que planteé frente a muchas situaciones pero que ahora sólo son polvo que se mezcla cada vez que sopla el viento y me envuelve en ellos. De repente empiezo entonces a experimentar una carencia de inspiración que me duele, que arde dentro de mi. ¿Qué es aquello que puede llevarme a tan ocultos extremos?
Me siento entonces bajo una cascada de agua púrpura, la cual contiene un increíble olor que jamás había experimentado. Mis sentidos se aferran a aquél olor que tanta inspiración me ha dado y me dejo llevar por un sueño, mientras me voy sumergiendo en tan hermosas aguas etéreas y divinas. Comienzo un descenso al cual no temo porque sé que llegaré a algún lugar lleno de vida con nuevos aires de pulcritud que me limpiarán de cualquier impureza.
Escucho voces, me llaman por mi nombre, así que abro mis ojos rodeada por helechos y por ninfas hermosas las cuales corren y me invitan a jugar con ellas. Me aferro a la rama de un árbol con el objetivo de dejar el agua correr sin mi, y acercarme a aquellas ninfas que con amables voces recurren a mi nombre una y otra vez. Siento curiosidad, y no puedo negar que algo de miedo, pero no es un miedo como cualquier otro, es un miedo suave a lo desconocido y a lo que estoy por conocer. ¿Por habrían de saber ellas mi nombre?
Siento entonces un silencio vacío en los ojos de ellas, pero sonríen con gran amabilidad lo que me hace sentir tranquila y a la vez nostálgica. Ellas tan hermosas, con sus hermosos cabellos de tonalidades indescriptibles, danzan, corren y se sienten libres. Yo me siento libre, me siento lejos de todo aquello que me aflige, lejos de todo aquello que me lleva a mis pensamientos existenciales. Por primera vez hago parte de un mundo en el cual todo lo he dejado de lado y comienzo a vivir de verdad, comienzo a ver con sensibilidad cada "algo" que me rodea y que con su olor puede tranquilizarme y librarme de los dolorosos rencores empuñados.
Juego, corro, vivo sin miedo a ser juzgada, sin miedo a ser evadida por la mirada dolorosa que proporcionan aquellos seres llenos de prejuicios y deslealtad. Por primera vez siento que tengo lo mismo que los demás y que nadie me podrá quitar mi realidad porque mi mundo paralelo, aquél en el que me encuentro, es aquél donde siempre quise vivir, donde siempre deseé estar. Una lejanía que me aparte de mi cotidianidad y de esa monotonía. Aquél lugar donde el sol no es precisamente de fuego, donde la luna no está mordida, donde aquellos príncipes y princesas no existen siquiera en cuentos de hadas y donde la parcialidad y la justicia van de la mano.
Me siento inspirada y nostálgica por mi entorno. Siento como la sangre corre por mis venas y mi corazón late rápidamente. De repente de mis ojos salen lágrimas causadas por una innata nostalgia. Al caer estas en el musgo verde y húmedo una transformación brutal se aproxima y me siento entonces parte de aquél mundo. Por primera vez me siento parte de algo y de un lugar específico. Por primera vez siento una emoción monumental causada por un estímulo casi nulo. ¿Es este mi lugar?
Me vuelvo a sumergir en la cascada púrpura, vuelvo a emprender mi viaje sin rumbo fijo, sin miedo, con felicidad y empeño y con sonidos varios que acarician mis tímpanos. Nunca me había sentido yo misma, al menos no como ahora. Veo mis manos, así que empiezo a tocar mis ojos, mis mejillas y cada extremo de mi cuerpo, quiero saber soy yo, si estoy viva. Siento entonces con más ansias deseos de correr y volar y es entonces cuando me empiezo a elevar del agua sin miedo, siento entonces como puedo examinar aquél mundo casi perfecto ante mis pies rozándome los talones...
Al fin vuelo, sin miedo, sin muros que me frenen, sin que me corten las alas, sin que me juzguen, por fin soy feliz y así es que deseo vivir...

2 comentarios:

Angélica Parrado Sánchez dijo...

Me encanta como sueñas, como vives, como llegas a imaginar ser una gota de agua diferente entre un mar eterno de deseos.
Eres una persona valiosa, segura de si misma, gracias por mostrarme que la imaginación jamás tiene barreras.
:D

LIGIS dijo...

Gracias por transportarme en un momento a mi mundo paralelo.