miércoles, 19 de enero de 2011

+Extravagante magia+

En sus ojos vi la extravagancia, vi la suavidad, la pasión y la originalidad. Vi brillo y quise envolverme en sus brazos por un buen rato. Después de varios minutos me concentré en sus labios, en sus pecas, en sus manos delicadas y luego volví a postrarme en su boca, en sus sonrisa, en sus palabras que no pude escuchar. Quizás fuera la sonrisa más hermosa que hubiese visto en toda mi existencia y no exagero al decir que mis minutos fueron horas en cuanto a experiencias porque hubiese amado quedarme postrada bajo esa mirada unos cuantos meses, algunos años quizás, o probablemente mi vida entera.
Fui tan débil que ni siquiera un "hola" pude pronunciar porque supe inmediatamente que se quebraría mi voz, que se quebrantarían mis palabras, supe que era el amor de mi vida desde que la vi pero que la quise perder en seguida. Supo sonreír, supo cautivarme, envolverme en sus ojos soñadores y llenos de vida, en su vida tan suya, tan vivida y tan apresurada como los pocos segundos que la tuve cerca y pude imaginarme una vida junto a ella. Supe imaginar con los ojos abiertos cómo sería su voz, el olor de su pelo, el aliento que sería capaz de darme mientras me desvanecía. Con curiosidad y algo de vergüenza me imaginé sus labios sobre los míos, sus ojos cerrándose depronto sin más al decirme al oído "tranquila, todo estará bien."
Quizás me arrepienta, quizás me aliente diciéndome a mi misma que le volveré a ver en algún momento así sepa que probablemente jamás sucederá, quizás me siento un poco bien porque sé que con tan sólo un "hola" me hubiese hecho vulnerable ante ella, me hubiese desmoronado sin argumentos y me hubiese tomado un par de segundos respirar de nuevo y recobrar la conciencia.
Me escondí entonces tras mi vulnerabilidad, quise perderla así no la hubiese tenido, así hubiese postrado sus ojos sobre los míos y hubiese querido ese "hola" que yo anhelé tanto mientras detallaba cada ínfimo detalle en su cara, mientras posaba mi mirada en sus manos delicadas y suaves. Me sumergí en ese momento de torpeza, de ternura, jamás me había sentido tan pequeña a los ojos de algo que para mi parecía gigante, que me hacía sentir una mancha más en este mundo de iguales.
Imaginé su nombre, imaginé su imagen incluso teniéndola en frente mío, comencé a extrañarla sin siquiera haber cruzado una palabra con ella, pero si bien es cierto su mirada me dijo todo aquello que quise escuchar sin premeditarlo, quizás eso fue aquello que me cautivó, quizás por eso temí que entrase en mi vida y dejase una marca indeleble que luego desease borrar de mi vida así como las otras cuantas que me mancharon el alma con tintas de odio y fragilidad. ¿Cómo aprender de los errores si siempre termino por recaer en los mismos?
¿Sería ella? ¿Será otra? ¿No sería nadie? Preferí callar y obligarme a dejar la intriga sembrada en mí, preferí callar y no dejar que esa sonrisa fuese el motivo de mi amor sembrado nuevamente en ilusiones falsas; aunque ¿a quién engaño? Bastaron un par de segundos para verle y sentirme enamorada de la imagen de una mujer que no conocía, de la que ni siquiera supe el nombre y que me impregnó con su esencia, con su ternura, con su extravagancia. Quizás ese fue nuestro ahora y nuestro hasta nunca y me pregunto si para ella tuvo la misma importancia que tuvo para mí la mirada sencilla imprenta en las puertas de mi esencia. Efímero, tangible pero irreal, finalmente no fue más que eso, no fue más que nada.
Fascinante encuentro, fascinante sensación, probablemente dejé ir una oportunidad efímera que pudo haber sido algo mucho más allá que efímero, que probablemente pudo ser tan especial como la afinidad de una tenue mirada llena de brillitos ingenuos, como la infantilidad de los besos irreales que imaginé, de la voz que probablemente no tiene y de los miles de nombres que pude imaginar para denominarla, aunque para mí sólo pudiese resumirse a una palabra, magia.
Ahora me resigno al olvido, probablemente patético y contradictorio pues bien creo que el amor a primera vista no existe, pero me ha puesto a dudar, me ha dejado la intriga de si quizás en algún momento pueda encontrarla de nuevo y seré capaz de romper las barreras y tragarme mis palabras repetitivas acerca de jamás volverme a enamorar. ¿Será ella? ¿Seré yo? Probablemente jamás lo sepa, quizás la encuentre un día donde ya sea más que tarde, quizás, quizás... quizás lo cierto sea que no existe y que fue producto de mi imaginación; es ella, no es nadie finamente, al menos no ahora y probablemente nunca lo sea.

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